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El Consejo de Derechos Humanos pide el cese inmediato de la violencia en Sudán

El organismo celebra una sesión especial en la que destaca la urgente necesidad de proteger a los civiles y los trabajadores humanitarios. También pide a que se documenten todas las denuncias de violaciones de garantías fundamentales ocurridas desde el 25 de octubre de 2021, incluidas las derivadas del conflicto actual.

 

El Consejo de Derechos Humanos aprobó este jueves una resolución que pide el cese inmediato y «sin condiciones» de la violencia en Sudán, «una solución negociada al conflicto» y un renovado compromiso de todas las partes para volver a una transición encaminada a un gobierno «de carácter civil».

La resolución, que contó con 18 votos favorables, 15 en contra y 14 abstenciones, también destaca la urgente necesidad de proteger a los civiles y a los trabajadores humanitarios, así como de garantizar la rendición de cuentas por las violaciones de los derechos humanos.

Uno de los efectos concretos de la resolución es la ampliación del mandato del experto independiente sobre la situación de los derechos humanos en Sudán, designado en diciembre del año pasado, y que incluye «la supervisión y documentación detalladas […] de todas las denuncias de violaciones y abusos contra los derechos humanos desde el 25 de octubre de 2021», cuando el Ejército sudanés dirigido por el general Al Burhan tomó el poder mediante un golpe de Estado.

De faro de esperanza a triturador de ilusiones

Unas horas antes de la votación, el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos condenó la «violencia gratuita» que ha traído más hambre, privaciones y desplazamientos al pueblo sudanés, mientras las partes en conflicto, las Fuerzas Armadas Sudanesas, lideradas por el general Abdel Fattah Al Burhan, y las Fuerzas de Apoyo Rápido, dirigidas por Mohamed Hamdan Dagalo, «pisoteaban el derecho internacional humanitario».

En la sesión dedicada a la repercusión del conflicto en Sudán sobre los derechos humanos, Volker Türk recordó al organismo que la nación africana surgió como un «faro de esperanza» tras las protestas populares de 2019 que derrocaron la larga dictadura de Omar al Bashir, con las mujeres y los jóvenes «al frente».

Tras su vistita a la nación africana hace seis meses, la primera misión que condujo como máximo responsable de derechos humanos de la ONU, el Alto Comisionado recordó que en el horizonte se vislumbraba una transición a un gobierno civil.

Durante los encuentros que mantuvo con los dos generales actualmente enfrentados, Türk insistió en la necesidad dos elementos esenciales para cualquier acuerdo futuro: la rendición de cuentas y los derechos humanos.

«Hoy se ha hecho un daño inmenso, destruyendo las esperanzas y los derechos de millones de personas», afirmó Türk.

Los combates ya han causado la muerte de más de 600 personas, la huida de más de 150.000 y el desplazamiento interno de más de 700.000. Además, se prevén niveles récord de hambre durante los próximos meses.

El responsable de derechos humanos de la ONU subrayó la imperiosa necesidad de lograr una tregua humanitaria y el fin de las violaciones de los derechos humanos.

Al mismo tiempo señaló que, pese a los «intensos» esfuerzos diplomáticos de actores como la Unión Africana, la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo (IGAD), la Liga de Estados Árabes y las Naciones Unidas, los líderes de las partes enfrentadas no han accedido a discutir el fin de las hostilidades, por lo que les pidió que «se comprometan urgentemente a iniciar un proceso político inclusivo y una paz negociada«.

Inmenso sufrimiento de la población

En referencia a una declaración emitida este jueves por un grupo de expertos en derechos humanos* nombrados por la ONU, la presidenta del Comité de Coordinación de los Procedimientos Especiales y relatora especial sobre el derecho a la salud, Tlaleng Mofokeng, destacó el «inmenso sufrimiento» que padece el pueblo sudanés.

En su comunicado, los expertos deploraron los abusos contra los derechos humanos sufridos por «civiles de todas las edades», incluidas las agresiones sexuales y la violencia de género, así como la escasez de alimentos, agua y atención sanitaria.

Asimismo, manifestaron su preocupación por el bombardeo de un refugio para niñas discapacitadas en Jartum, así como por otros ataques contra la asistencia sanitaria, el personal humanitario y los defensores de los derechos humanos.

Mofokeng pidió a las partes en conflicto que se comprometan a garantizar la seguridad de los civiles y de las infraestructuras civiles, tales como escuelas y hospitales.

Falta de apoyo africano y árabe a la sesión extraordinaria

El representante permanente de Sudán ante la ONU en Ginebra, Hassan Hamid Hassan, cuestionó la decisión de celebrar la sesión de emergencia apenas unas semanas antes de la sesión ordinaria del Consejo prevista para junio.

Hassan también destacó que la celebración de la sesión extraordinaria no contó con el apoyo de ningún Estado africano ni árabe.

Diversidad de opiniones

Durante la reunión del Consejo tomaron la palabra unos 70 países, tanto miembros del organismo como observadores del Consejo de Derechos Humanos, así como oenegés.

En sus intervenciones expusieron una diversidad de opiniones sobre la necesidad de celebrar la Sesión Especial y el alcance de la participación de la comunidad internacional en la crisis de Sudán.

Representando al Reino Unido, uno de los principales promotores de la sesión, Andrew Mitchell, secretario de Estado para el Desarrollo y África, insistió en la necesidad de llevar a la práctica la «visión» que el ex Secretario General de la ONU, Kofi Annan, tenía del Consejo de Derechos Humanos en el momento de su creación en 2006, como órgano que pudiera reaccionar con rapidez ante emergencias de derechos humanos como la que nos ocupa.

La Sesión Especial contó también con el apoyo de la Unión Europea y Estados Unidos.

En nombre del grupo de Estados árabes, el representante permanente del Líbano ante la ONU en Ginebra, Salim Baddoura, dijo que el grupo acogía con satisfacción todas las iniciativas internacionales y regionales encaminadas a poner fin al conflicto, la última de las cuales eran las conversaciones de Jeddah bajo los auspicios de Estados Unidos y Arabia Saudí.

Subrayó que Sudán, como país afectado, tenía derecho a que se tuvieran en cuenta sus opiniones antes de que se establecieran nuevos mecanismos o se ampliaran los mandatos existentes

En nombre del grupo de Estados africanos, el representante permanente Adjunto de Costa de Marfil ante la ONU en Ginebra, Allou Lambert Yao, expresó su apoyo a las «soluciones africanas para los problemas africanos», elogiando los esfuerzos de mediación de la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo bajo los auspicios de la Unión Africana.

El representante de Pakistán, Khalil Hashmi, ofreció otra visión crítica de la sesión, afirmando que se corría el riesgo de duplicar innecesariamente el trabajo, dado que el Consejo de Seguridad ya se ocupaba de la situación política en Sudán y que ahora había que «priorizar» los esfuerzos de mediación.

*Los Relatores Especiales forman parte de lo que se conoce como Procedimientos Especiales del Consejo de Derechos Humanos. Procedimientos Especiales, el mayor órgano de expertos independientes del sistema de Derechos Humanos de la ONU, es el nombre general de los mecanismos independientes de investigación y supervisión del Consejo que se ocupan de situaciones específicas de países o de cuestiones temáticas en todas las partes del mundo. Los expertos de los Procedimientos Especiales trabajan de forma voluntaria; no son personal de la ONU y no reciben un salario por su trabajo. Son independientes de cualquier gobierno u organización y prestan sus servicios a título individual.

 

 

 

 

 

 

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