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El líder catalán huido puede ser clave en el actual bloqueo electoral español

Por Joan Faus y Belén Carreño

MADRID, 24 jul (Reuters) -Un líder independentista catalán huido de la justicia española podría tener la llave para desbloquear un estancamiento político después de que las elecciones del domingo terminaran en un parlamento indeciso.

El expresidente del Gobierno regional catalán Carles Puigdemont, quien vive en un exilio autoimpuesto en Bélgica desde que lideró un intento fallido de independizar Cataluña de España en 2017, se encuentra inesperadamente con la posibilidad de desbloquear el empate electoral después de que ningún bloque de izquierda o derecha obtuviera suficientes escaños para formar una mayoría.

Una vía para salir del laberinto sería que el presidente del Gobierno, el socialista Pedro Sánchez, consiguiera un voto a favor, o al menos una abstención, para formar Gobierno con el partido Junts de Puigdemont a cambio de más concesiones sobre la independencia.

El Partido Popular (PP), de centroderecha, y Vox, de extrema derecha, obtuvieron el mayor número de escaños en el Parlamento, con 169 escaños combinados, por debajo de los 176 necesarios para una mayoría y desmintiendo las estimaciones de los sondeos.

Los socialistas (PSOE), en el Gobierno, y el partido de izquierda Sumar obtuvieron 153, pero tienen la posibilidad de negociar el apoyo de los pequeños partidos separatistas vascos y catalanes, como hicieron tras las elecciones de 2019.

Sánchez podría ganarse al partido separatista de izquierdas Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), como hizo para formar un Gobierno en minoría en 2020. Pero es probable que también necesite el respaldo de Junts, de línea más dura, que no ha apoyado a Sánchez en los últimos cuatro años.

Junts, de centroderecha, no ha expresado una posición clara, pero ha prometido adoptar un enfoque más beligerante que ERC.

Su secretario general, Jordi Turull, dijo el lunes que aprovecharía la «ventana de oportunidad» creada por el impase electoral para lograr la independencia de Cataluña.

«El Estado sabe que si quiere negociar con nosotros, hay dos cuestiones que son fundamentales y generan consenso en Cataluña que son una amnistía y la autodeterminación», dijo en una entrevista a la emisora de radio local RAC 1.

Turull fue uno de los nueve líderes separatistas catalanes encarcelados indultados por Sánchez en 2021. Sin embargo, muchos más todavía se enfrentan a juicios por su papel, el principal de ellos Puidgemont.

Puigdemont, quien todavía ejerce una influencia considerable dentro de Junts, dijo a mediados de julio que su partido no apoyaría a Sánchez porque no era de fiar. A primera hora del lunes tuiteó que Junts es un partido que cumple su palabra.

«Debemos seguir defendiendo Cataluña contra quienes nos quieren liquidar la lengua, la cultura, la nación», dijo, sin dar más detalles.

«El PSOE está a merced de Puigdemont», dijo Ignacio Torreblanca, jefe de la oficina de Madrid del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores.

Tras ganar el mayor número de escaños, el PP tendrá la primera oportunidad de intentar reunir suficientes votos en el Congreso de los Diputados para ganar una votación de investidura.

Pero su alianza con el ultraderechista Vox y su dura postura frente al separatismo dificultarán el apoyo de cualquier otra facción.

«Es una situación muy difícil de resolver», dijo a Reuters un responsable de Vox.

Si ninguno de los dos bloques logra reunir el apoyo parlamentario suficiente para formar Gobierno, es posible que se celebren unas segundas elecciones.

Las acciones españolas retrocedían y los precios de los bonos del Estado bajaban en las primeras operaciones ante la perspectiva de un estancamiento prolongado.

Los resultados mostraron las profundas divisiones de la sociedad española. Sánchez convocó las elecciones en una apuesta después de que el PSOE sufriera un duro revés en las elecciones locales de mayo.

Sus oponentes políticos destacaron su confianza en los partidos separatistas regionales, afirmando que esto amenazaba a la propia nación.

Sin embargo, parecía que el PP necesitaría una alianza con Vox para gobernar, un resultado que habría llevado a los nacionalistas de línea dura al Gobierno por primera vez desde el final de la dictadura franquista y la vuelta de España a la democracia en los años setenta.

Sin embargo, los socialistas obtuvieron mejores resultados de lo que pronosticaban las encuestas, ayudados por una metedura de pata de última hora del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo.

No obstante, Feijóo se proclamó vencedor e instó a los demás partidos a no bloquear su intento de formar Gobierno por el bien de la estabilidad en España.

REIVINDICACIONES SEPARATISTAS

También es probable que entren en juego los escaños de los partidos vascos.

«De las elecciones sale una aritmética parlamentaria muy complicada, pero parece que nuestros votos volverán a ser decisivos», dijo el domingo por la noche Andoni Ortuzar, líder del partido nacionalista vasco moderado PNV. El PNV obtuvo cinco escaños en el Congreso.

Arnaldo Otegi, líder del partido separatista vasco EH Bildu, dijo que definitivamente no apoyaría al PP y a Vox para formar gobierno.

«Si es por nosotros, ‘no pasarán'», dijo, utilizando un lema republicano de la época de la guerra civil, en referencia a PP y Vox. Su partido obtuvo 6 escaños. Otegi no mencionó la posibilidad de apoyar una coalición de izquierdas.

El probable escaso margen de una votación de investidura significa que incluso el único escaño obtenido por otros grupos regionalistas —de Canarias, Galicia y Navarra— podría resultar decisivo.

La ley no fija un plazo para el proceso, pero si ningún candidato consigue la mayoría en los dos meses siguientes a la primera votación sobre el presidente del Gobierno, deberán celebrarse nuevas elecciones.