Así como en las elecciones emitidas por el sufragio de los ciudadanos, dentro del Poder Judicial en días pasados tuvimos la elección del ministro presidente Arturo Zaldívar Lelo de Larrea para el periodo 2019 – 2022, quien dentro de su trayectoria profesional ha desempeñado cargos como catedrático y docente en la Universidad Panamericana, Universidad Nacional Autónoma de México, Universidad Iberoamericana y la Escuela Libre de Derecho, así como obras bibliográficas tales como la titulada “Hacia una nueva Ley de Amparo”, marcan una transición de sembrar la nueva cultura jurídica dentro del sistema jurídico mexicano, es decir, cambiar el pensamiento del legalismo y penetrar el chip del convencionalismo, donde los principios rectores plasmados en nuestra carta magna desempacan todo un cúmulo de nuevas figuras jurídicas que actualmente son aplicadas dentro del litigio en todas las ramas del derecho.
Todo cambio para bien es bienvenido, es el fin último que buscamos todos los ciudadanos y para los que hacemos vivas las leyes y reglamentos que de la constitución federal desprende precisamente el aplicar la ley con el caso en concreto, debemos de observar, analizar, concluir y claro criticar de manera constructiva el cómo sí podemos cambiar como comúnmente se dice lo que el legislador quiso decir, para eso se tiene el principio pro-homine, el principio de norma más favorable, para poder explicar a los jueces lo que el cliente en este caso el imputado, presunto responsable o bien quien demanda quiere comunicar en una esfera de emisor-receptor o emisor y varios receptores.
Y para ello, claro está que para hacer buenos jueces debe haber buenos abogados y viceversa, lo que me lleva a que cada “administración judicial”, tiene una forma de pensar distinta y una forma de ver el derecho desde su perspectiva y formación académica, por supuesto que esta “administración judicial” su decisión es de una forma colegiada y un tanto permanente por la conservación de los puestos en este caso de los ministros que integran el Pleno, así como sus salas, pero el mensaje de cada ministro presidente entrante visiona a instruir a todos los integrantes del poder judicial de la federación a actuar en base a los principios iniciales primeramente del Estado de Mexicano y sus poderes que se emanan, lo que quiero dar a entender es que la cultura judicial en todas sus ramas debe conducirse en un plano de convencionalidad, iguales, porque ante todo y como prioridad los principios rectores de los derechos humanos deben aplicarse en el cambio social que tenemos hoy en día y por supuesto seguidamente de la ley que se hable.
Quiero terminar haciendo una reflexión en donde existe un juramento hipocrático que tiene los que egresan de la facultad de medicina cuya letra dice lo siguiente: “En todos los lugares que deba penetrar lo haré con gusto para cuidar de un enfermo”, lo quiero tomar para convertirlo en un tanto jurídico y tal vez como parte de nuestro léxico sin dejar de lago el decálogo del abogado “En todos las leyes y reglamentos que deba interpretar lo haré con gusto para procurar la justicia”.