Uno de los derechos primarios que constituye un fundamento para el sistema jurídico contemporáneo, es el derecho de propiedad.
Esto surge como un elemento necesario cuando el hombre transitó de la condición nómada a sedentaria, con el cual se fueron formando los primeros asentamientos humanos y la exigencia de contar con instrumentos legales que permitan garantizar de manera plena derechos y obligaciones que fueron poco a poco surgiendo y consolidándose en la sociedad.
Hoy en día es una realidad que el desarrollo de proyectos inmobiliarios en zonas de alta plusvalía y acomodado a las diversas necesidades que van desde la adquisición de completos edificios, casas y hasta arrendamiento, como actual está ocurriendo en algunas partes de la península de Yucatán, por ejemplo, en la renta de departamentos amueblados en Playa del Carmen.
Lo que obliga a estar muy bien enterados de las consecuencias jurídicas de los actos que nacen por la celebración de contratos y convenios inmobiliarios. Sobre todo, porque implica sustentar la certeza jurídica en el control y manejo del patrimonio familiar y de las inversiones que implica la celebración de estos actos jurídicos.
Más en el caso de arrendamiento que nos otorga el uso y disfrute de una vivienda, sin que podamos hacer disposición plena de la misma, con lo cual se mantiene determinados derechos y obligaciones a favor del legítimo propietario que se deben balancear con los que toman posesión legítima, por vía arrendamiento, del bien inmueble.
Ejemplo de ello, es el cuidado, servicio de limpieza o mantenimiento de la vivienda, así como también, de las condiciones que se establecen en el caso de las reparaciones grandes, modificaciones u otras circunstancias que no si no quedan claros pueden ocasionar situaciones conflictivas que en ocasiones requieren llegar hasta tribunales para su resolución, lo que implica el gasto en tiempo y en recursos económicos. Por lo cual, la importancia del contrato y el clausulado preciso en el mismo es fundamental para la delimitación de los derechos y obligaciones de todas las partes intervinientes.
¿Cuántas veces no hemos conocido de casos que causan no solo molestia y perjuicio patrimonial, en cualquier de ambas partes contractuales que pudieron resolver de una mejor manera?
Es por ello, la importancia de contar con un buen servicio de abogado o asesoría especializada en bienes inmuebles. No basta solo con un ir a la oficina de bienes raíces donde se estipulan las cláusulas de un contrato de venta o arrendamiento cuando se busca adquirir o rentar una propiedad. La revisión con un asesor legal a favor del comprador o arrendatario es garantizar que la protección del interés jurídico del contratante.
Algo que no es común en nuestro medio, ya que se comete el error de confiar a ciegas de la postura de una parte, cuando un contrato en un sentido estricto es una celebración de un convenio de obligaciones y derechos entre dos partes. Cada cual tiene sus propios intereses y necesidades que deben ser protegidas y en beneficio de ambas negociadas las clausulas contractuales en una determinada situación jurídica.
Así que no lo dudes y acude con el asesor legal de confianza… no dejes que el patrimonio personal corra riesgos innecesarios.