CARACAS, 21 nov (Reuters) – Los venezolanos acudían el domingo a las urnas en las elecciones regionales que se convierten en una prueba de fuego para las nuevas autoridades electorales y la oposición al gobierno del presidente Nicolás Maduro, bajo la larga recesión económica y la hiperinflación del país sudamericano.
En la jornada se escogen 3.082 cargos entre gobernadores, alcaldes y concejos municipales por 21 millones de votantes registrados. En estos comicios, la oposición vuelve a participar en medio de una división y tras haber estado ausente de las presidenciales de 2018 y las parlamentarias de 2020, argumentando la falta de garantías.
Unos 14.000 centros están habilitados para votar, un acto que no es obligatorio en Venezuela, y que comenzó a las 6 de la mañana y culmina a las 6 de la tarde, a menos que haya electores en fila.
Pedro Calzadilla, presidente de Consejo Nacional Electoral, máximo organismo para los comicios venezolanos, dijo a la televisora estatal que para las 9 de la mañana 95% de los centros estaban funcionando.
Pero en algunos centros las instalaciones de las mesas sufrieron retrasos por demoras en la llegada de los testigos, mientras varios votantes denunciaron que no aparecían en los listados o los habían cambiado sin su conocimiento de punto de votación, en los que se observaba poca afluencia, según testigos Reuters.
«Son todos incidentes menores ante un proceso electoral tan complejo», dijo Calzadilla.
En Maracaibo, capital del estado Zulia, al noroeste del país; y uno de los más afectados por los cortes de electricidad, agua y escasez de combustible que sufre la nación sudamericana, se pudo observar temprano como pequeños grupos de votantes caminaban o andaban en bicicleta para llegar a los centros electorales por la falta de transporte público y combustible.
«No tenemos luz ni agua, menos transporte, pero vamos a votar, aunque sea a pie, porque ya estamos cansados» de la crisis, dijo Ernesto Urdaneta, un pensionado de 68 años. «Mis hijos se fueron a la bomba (estación de servicio) a echar gasolina mientras nosotros votamos, después nos turnamos», o los que votaron van a hacer la fila de combustible, agregó.
Maduro ha invitado a votar, mientras el líder opositor ,Juan Guaidó; sostiene que aunque no hay condiciones para sufragar, quien decida hacerlo que sea en contra del gobierno.
La nación miembro de la OPEP desde hace unos siete años enfrenta un colapso económico que ha llevado a unos cinco millones de venezolanos a migrar y cientos se siguen sumando a caravanas que han partido esta semana desde la frontera entre México y Guatemala.
Si la oposición se desempeña mal, perdiendo las cuatro gobernaciones que ganó en 2017, la última vez que fue a unas elecciones, se quedaría sin una base de poder regional para disputar las elecciones presidenciales previstas para el 2024.
La votación también demostrará la imparcialidad del CNE, que en mayo incluyó a dos opositores entre sus 5 directores principales, lo que la convierte en la junta más equilibrada en 17 años, según han dicho sus miembros.
Una misión de observación electoral de la Unión Europea, por primera vez en 15 años, estará supervisando los comicios en 22 de los 23 estados. La misión divulgará un primer informe 48 horas después de la elección y el definitivo en unos dos meses.
Diosdado Cabello, vicepresidente del partido socialista y segundo hombre fuerte del gobierno, dijo que la opinión de los observadores de la UE no le «importa mucho».
«Hemos insistido desde el primer momento que ellos ya tienen su informe (…) A estas alturas lo que puedan opinar estos organismos y estas naciones que creen que son imperio no nos importa mucho, lo más importante es la participación del pueblo», agregó el también diputado luego de votar en una localidad del oriente venezolano.