La ministra Mahmood impulsa una reforma judicial radical tras heredar un sistema colapsado
Notipress.- A fin de frenar la reincidencia criminal y descongestionar las cárceles, el gobierno británico impulsa una revisión profunda de su sistema judicial. Encabezada por la ministra de Justicia, Shabana Mahmood, esta reforma incluye propuestas como la castración química para ciertos delincuentes sexuales y la liberación anticipada de presos. La revisión fue encargada al exsecretario de Justicia, David Gauke, quien identificó un sistema al borde del colapso.
Bajo el liderazgo del recién electo Partido Laborista, Mahmood ha denunciado la «herencia de abandono» de las administraciones conservadoras, que dejaron las cárceles saturadas y los juzgados desbordados. Según la ministra, si las prisiones colapsan, el efecto dominó afecta a todas las instituciones del sistema de Justicia. Esta situación amenaza con convertir a Reino Unido en un estado donde el crimen no encuentra respuesta efectiva.
Con el objetivo de evitar dicho colapso, la revisión propone la castración química como opción para algunos delincuentes sexuales reincidentes. Aunque la medida es polémica, se señala que podría reducir la reincidencia hasta en un 60%, de acuerdo con investigaciones presentadas en el informe. Alemania y Dinamarca ofrecen el tratamiento de forma voluntaria, mientras que en Polonia se aplica de manera obligatoria en ciertos delitos.
Diversas reformas adicionales acompañan esta propuesta, entre ellas la eliminación de sentencias menores de 12 meses, salvo en casos excepcionales como violencia doméstica. Esta medida busca reservar las cárceles para crímenes más graves y reducir la carga sobre el sistema. También se sugiere una deportación inmediata de extranjeros condenados a penas de hasta tres años, con el fin de liberar recursos penitenciarios nacionales.
Entre las recomendaciones, destaca además la inversión en libertad condicional y el fortalecimiento del monitoreo electrónico. Estas herramientas permitirían a los jueces aplicar sanciones que no impliquen prisión pero garanticen seguimiento y control efectivo.
Frente a las críticas, Mahmood defendió el enfoque como una acción responsable y necesaria, afirmando que «sin reformas urgentes, las consecuencias serían nefastas». La ministra subrayó que no se trata de criminalizar la pobreza o relajar las normas, sino de priorizar la justicia efectiva y la prevención del delito. El plan, dijo, busca dar una respuesta coherente a un problema estructural acumulado por décadas.
Garantizar una transición hacia un sistema penal más justo y eficaz también implica cambiar la percepción pública sobre el castigo. Mahmood y Gauke coinciden en que el encarcelamiento masivo ha demostrado ser ineficaz y costoso. Al aplicar sanciones alternativas con supervisión real, se espera reducir tanto la reincidencia como el gasto estatal, y generar resultados sociales más duraderos.