Berlín, 6 dic (EFE).- El líder del partido liberal (FDP) y ministro de Finanzas de Alemania, Christian Lindner, criticó hoy duramente a los agricultores, que efectuarán a partir del lunes otra protesta nacional por el recorte de subvenciones y que protagonizaron el jueves un violento escrache al vicencanciller, Robert Habeck.
«Quien quiera nuevas subvenciones también debe estar dispuesto a renunciar a los viejos», dijo Lindner en la reunión anual del Día de Reyes del FDP en la opera de Stuttgart (oeste), donde fue recibido en el exterior por agricultores enfadados y en el interior por activistas climáticos que le obligaron a interrumpir brevemente su discurso.
Enfatizó que «no se puede esperar que se concedan todas las subvenciones» a un solo sector y recordó a los agricultores su «responsabilidad» con la sociedad.
Linder calificó de «completamente inaceptable» el escrache que sufrió el ministro de Economía y vicecanciller, el verde Robert Habeck, cuando una multitud de 300 agricultores impidió el jueves con violencia que éste desembarcara de un ferry que le traía de vuelta de una isla del mar del Norte.
También dijo que las nuevas protestas nacionales anunciadas para la próxima semana, con bloqueos de autovías son «desproporcionadas».
«Habéis perdido el rumbo, por favor regresad» al camino correcto, insistió Linder.
El político liberal sostuvo que, si las protestas tienen lugar aún así a partir del lunes, éstas deben producirse «dentro del orden democrático».
Dijo con una velada amenaza que la perturbación del orden público y de daños a la propiedad «es un caso para la fiscalía».
El presidente de la Federación Alemana de Agricultores, Joachim Ruckwied, asociación que ha convocado la protesta de la próxima semana, también ha condenado la acción contra Habeck y se ha distanciado de la misma.
El ministro de Agricultura, el verde Cem Özdemir, que había defendido suavizar los recortes para el sector, dijo a su vez que el Gobierno «no se dejará chantajear».
La protesta tendrá lugar pese a que el Gobierno diera el jueves parcialmente marcha atrás a los recortes de las subvenciones al sector o al menos las suavizara después de que tuviera que pactar ajustes en varias partidas del presupuesto federal para 2024 para tapar un agujero de 17.000 millones de euros.
Así, el Ejecutivo abandonó la idea de eliminar los subsidios a los impuestos sobre los vehículos agrícolas, mientras que la eliminación del subsidio al conocido como «diésel agrícola» no se realizará de una sola vez, sino en fases hasta 2026.
No obstante, los agricultores consideran insuficientes las medidas.
El Gobierno tendría la alternativa de pedir al Parlamento que suspenda el llamado freno a la deuda, la regla fiscal anclada en la Constitución que determina que el déficit no puede superar el 0,35 por ciento del PIB, pero Lindner reiteró hoy su rechazo a esta posibilidad.