La fricción para enviar dinero cuesta más que la tecnología para hacerlo posible
Notipress.- Durante una charla en Ciudad de México, Briana Marbury, presidenta y CEO de Interledger Foundation, cuestionó la paradoja de la era digital: «¿Por qué es más fácil ver un video en YouTube que usar tu propio dinero?«. La ejecutiva expuso que, a diferencia de los avances en conectividad, las plataformas financieras globales siguen operando sobre estructuras diseñadas hace más de medio siglo.
En su intervención a la que tuvo acceso NotiPress, Marbury explicó que millones de personas pueden acceder a internet, conectarse por Wi-Fi y comunicarse al instante desde cualquier parte del mundo. Sin embargo, enviar o recibir dinero entre países sigue siendo un proceso lento, costoso y plagado de intermediarios. «Mover dinero sin fricción es la última frontera de la era digital», sostuvo.
A través de ejemplos cotidianos, la directora de la fundación especializada en inclusión financiera ilustró cómo los pagos transfronterizos todavía implican tarifas elevadas y tiempos prolongados de liquidación. En contraste, los servicios digitales gratuitos y masivos han reducido barreras en otros sectores. «Cuando algo se vuelve fácil y gratis, la gente lo usa más. Eso pasa con los mensajes, las llamadas, y debería pasar también con el dinero», apuntó.
Según datos del Gobierno mexicano, en 2024 México recibió cerca de 65 mil millones de dólares en remesas. De ese total, se habrían pagado hasta 83 mil millones de pesos en comisiones, lo cual representa más del doble del límite del 3% establecido en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas. Marbury planteó que gran parte de esos recursos podrían destinarse directamente a las comunidades receptoras, si se eliminara la fricción en el sistema.
Protocolo Interledger
El núcleo de la propuesta presentada por Marbury se basa en el protocolo Interledger, una arquitectura inspirada en el funcionamiento de internet que permite transmitir dinero con la misma eficiencia con la que se transmite información. La tecnología permite pagos instantáneos, interoperables y de bajo costo entre diferentes redes y países.
Además, la organización destacó su colaboración con proyectos locales como la Asociación Mexicana de Uniones de Crédito del Sector Social (Amoocs) y People’s Clearinghouse (PCH), que conectan instituciones financieras comunitarias con redes globales mediante esta tecnología. En ese marco, México fue elegido como país piloto debido a su ecosistema fintech en expansión y su liderazgo regional en regulaciones abiertas.
Para cerrar, Marbury remarcó que la solución no pasa únicamente por la tecnología. «Creemos en una apertura responsable: solo entidades reguladas pueden conectarse a Interledger«, concluyó. Con este enfoque, la fundación busca activar lo que denomina «el Internet de las oportunidades«: un sistema donde participar en la economía digital no dependa del lugar de nacimiento ni del proveedor financiero.