La situación alcanzó un nivel “nuevo y peligroso” la semana pasada, cuando los hutíes atacaron con drones Tel Aviv el 19 de julio, e Israel respondió al día siguiente bombardeando el puerto yemení de Hudaydah y sus instalaciones petroleras y eléctricas.
Yemen corre el riesgo de volver a una guerra a gran escala y la comunidad internacional tiene la responsabilidad común de evitar que esto suceda, afirmó este martes el enviado especial de la ONU para ese país árabe.
En una sesión del Consejo de Seguridad sobre la situación en Yemen, Hans Grundberg informó que a partir del inicio de este año, el país se ha movido en la dirección equivocada y urgió a corregir este trayectoria antes de que sea tarde.
Grundberg explicó que desde 2014, las fuerzas del gobierno yemení, respaldadas por una coalición liderada por Arabia Saudita, enfrentan a los hutíes, también llamados Ansar Allah.
Además, recordó que los hutíes empezaron a atacar barcos comerciales en el Mar Rojo tras el estallido de la guerra en Gaza en octubre pasado.
Nivel nuevo y peligroso
El enviado destacó la dimensión regional del conflicto en Yemen y planteó que la escalada alcanzó un nivel “nuevo y peligroso” la semana pasada, cuando los hutíes atacaron con drones Tel Aviv el 19 de julio, e Israel respondió al día siguiente bombardeando el puerto yemení de Hudaydah y sus instalaciones petroleras y eléctricas.
Tras manifestar su preocupación por los continuos ataques contra el transporte marítimo internacional en el Mar Rojo, señaló que los recientes acontecimientos muestran que la amenaza aumenta tanto en alcance como en precisión.
Detalló que se han hundido y dañado buques comerciales, han muerto civiles, la tripulación del Galaxy Leader (un carguero secuestrado en noviembre) sigue detenida arbitrariamente y se ha perturbado el comercio internacional; en tanto Estados Unidos y el Reino Unido siguen atacando objetivos militares en territorio controlado por los hutíes.
Sin señales de distensión
“Es alarmante que no haya señales de reducción de la tensión, y mucho menos de una solución. Estos últimos acontecimientos muestran el peligro real de una escalada devastadora en toda la región”, puntualizó el diplomático.
En cuanto a la situación interna en Yemen, Grundberg afirmó que es preocupante toda vez que se ha registrado un aumento de los preparativos y refuerzos militares en los últimos meses, y se han registrado enfrentamientos en varias zonas del país.
Aunque los niveles de violencia han sido relativamente contenidos en comparación con el periodo previo a la tregua de 2022, la reciente tendencia regional a la escalada y las continuas amenazas de un regreso a la guerra evidencian la volátil situación, apuntó.
El enviado, no obstante, tuvo una nota optimista debido a que las partes le informaron anoche que acordaron un camino hacia medidas relacionadas con los sectores bancario y de transporte.
Trabajadores retenidos
Por otra parte, Grundberg se refirió al caso de los trece trabajadores de la ONU y decenas de miembros del personal de organizaciones no gubernamentales (ONG) internacionales y nacionales, de la sociedad civil y de entidades del sector privado que los hutíes detuvieron arbitrariamente hace casi dos meses.
Detalló que todos son ciudadanos yemeníes, que al menos cuatro son mujeres y que no se ha sabido nada sobre su paradero o situación. Otros cuatro miembros del personal de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU y de la UNESCO, también han estado detenidos desde 2021 y 2023, respectivamente.
Grundberg reiteró su llamado a su liberación inmediata e incondicional y pidió a los hutíes no detener a más personal de la ONU, ONG y la sociedad civil.
Amenazas al personal humanitario
En el frente humanitario, la subsecretaria general interina de Asuntos Humanitarios expresó su preocupación por los recientes acontecimientos en Yemen y la región.
Joyce Msuya dijo que nueve personas murieron y 83 resultaron heridas en los ataques israelíes a Hudaydah, de acuerdo con el Ministerio de Salud de facto hutí,
Enfatizó que el puerto de Hudaydah es un salvavidas para millones de personas en Yemen, ya que cerca del 85% de los suministros de alimentos llegan a través de esas instalaciones, que “deben permanecer abiertas y operativas”.
Msuya también habló de la detención de personal de la ONU y de otro tipo, y de las amenazas más amplias al personal humanitario en Yemen.
“Además de difundir rápidamente información errónea y desinformación dirigida a la comunidad internacional, las detenciones han causado miedo y ansiedad generalizados entre los trabajadores humanitarios”, indicó.
Añadió que sin las garantías de seguridad necesarias y el respeto por la acción humanitaria basada en principios, el personal de la ONU “no puede operar a la escala requerida”.
Apoyo necesario
La situación es particularmente grave en medio de un aumento de la inseguridad alimentaria y la desnutrición, y se estima que uno de cada dos niños menores de cinco años sufre desnutrición crónica o retraso del crecimiento.
Msuya precisó que los trabajadores humanitarios necesitan un apoyo adecuado para sus operaciones, pero que los bajos niveles de financiación siguen obstaculizando su labor. Como resultado, solo pudieron llegar a 315.000 personas con asistencia nutricional durante el primer trimestre del año, de los dos millones previstos.
En este sentido, instó al Consejo de Seguridad a “hacer todo lo que esté a su alcance para mantener la unidad, reducir las crecientes tensiones y apoyar la respuesta humanitaria en Yemen.
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