Durante muchos años han acontecido sucesos sociales en la historia de nuestro país que dejan muchas cosas que hasta el día de hoy nos preguntamos el porqué, para que y cuál fue la finalidad de realizar ese tipo de actos que nunca nos imaginaríamos que llegasen a pasar en nuestro País, hoy quiero hablar sobre el movimiento estudiantil de 1968 o también conocido como la matanza de Tlatelolco, así como la desaparición de los 43 normalistas de la normal de Ayotzinapa, donde la opresión, abuso de autoridad e incompetencia del Gobierno Mexicano que en ese entonces y actualmente practica en el Estado Mexicano.
El movimiento estudiantil de 1968 fue un acontecimiento social y se perfectamente que me faltara muchísima información que proporcionar sobre este acto puesto que fue ya hace algún tiempo y muchos de nuestros padres e inclusive abuelos pueden redactar y narrar con mucha precisión lo que se vivió en ese entonces, solamente a las lecturas que he dado e inclusive una película que se hizo en homenaje a los estudiantes, varios grupos de estudiantes de distintas Universidades incluyendo la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y del Instituto Politécnico Nacional (IPN), estaban cansados del mal gobierno, de la situación política- social de nuestro País de ver un cambio donde a los estudiantes se les tomara en cuenta, fue precisamente ese relevo generacional que marcó la pauta de aquellos que solo querían el poder para lograr sus fines personales en vez de beneficiar a la ciudadanía y los que tenían la esperanza de generar y hacer historia para un bienestar mejor para el País. Aquellos padres que nunca pudieron identificar a sus hijos en la matanza en la plaza de las tres culturas y también los que nunca supieron dónde quedaron sus hijos, por que dieron su vida para que nuestras voces fueran escuchadas ante los organismos internacionales, que los Derechos Humanos no eran aplicables en el País, los trataban como animales siendo que el respeto a la dignidad humana es el primer valor universal que tiene que estar sobre cualquier otra garantía, y que todo quedara sin rastros, rupturas para recibir las Olimpiadas y que el mundo viera que en nuestro país no sucedía nada malo.
Es por ello que hoy en día lo relaciono con la desaparición de los 43 normalistas de la normal de Ayotzinapa que entre la noche del 26 y la madrugada del 27 de Septiembre fueron desaparecidos misteriosamente y posteriormente dado un hecho en que militares, policías federales y municipales en el Municipio de Iguala en el Estado de Guerrero, y hoy a un año de haberse cumplido este suceso las investigaciones siguen y el actual Gobierno Mexicano sigue sin tener una respuesta clara y razonable de los hechos realmente como fueron, ahora puedo darme el atrevimiento y ser testigo de que este hecho no es más que el mismo ocultamiento de que el autoritarismo, opresión, abuso de autoridad e incompetencia del Gobierno Mexicano vuelve después de 46 años; ustedes pregúntense como es posible que en México no hay ciencia ni los expeTartos suficientemente capaces para descubrir si realmente los restos que se encontraron en las fosas sean o no de los normalistas y mandarlos a Innsbruck con la única y verdadera realidad de ver como manipular ante nosotros como pueblo el creerles las diferentes versiones que hasta hoy se han manejado. Mientras que los padres de los normalistas siguen con la esperanza de que sus hijos están vivos y que los quieren de regreso, las múltiples reuniones con expertos de la procuraduría, la procuraduría como tal y el Presidente de la Republica no convencen y han manifestado que seguirán su movimiento hasta encontrarlos vivos, ellos no se cansaran hasta tenerlos de regreso.
Los ojos del mundo están a nuestro favor, los Derechos Humanos, tratados y organismos internacionales están atentos con los acontecimientos futuros que pueden llegar a pasar en este actual gobierno, la diferencia de 1968 al 2015 esque nosotros como sociedad ya no somos ignorantes, somos razonables y consientes, tengamos el valor de enfrentar la opresión y que la libertad de expresión y el respeto a la dignidad de la persona humana están por encima de todas las normas que regulan nuestro país.