home Editoriales ¿Qué más se necesita para cambiar la política de seguridad de la Cuarta Transformación?

¿Qué más se necesita para cambiar la política de seguridad de la Cuarta Transformación?

La violencia en México continúa en aumento, y la inseguridad ha puesto en jaque a numerosas comunidades a lo largo y ancho del país. A pesar de las promesas de una transformación pacífica y del famoso lema “abrazos y no balazos”, la realidad que enfrentamos es sombría. La situación se ha deteriorado hasta el punto en que, apenas iniciando esta nueva administración el 1 de octubre, ya hemos sido testigos de actos atroces, como el asesinato y decapitación de un presidente municipal. Adicionalmente, el reciente homicidio de un sacerdote católico en Chiapas, quien denunciaba el avance de la delincuencia organizada en su comunidad, es un ejemplo más del alarmante estado de inseguridad que enfrentamos.

La ineficacia del «abrazos y no balazos»

Ante esta realidad, surge una pregunta angustiante: ¿qué más se necesita? ¿Cuántas muertes de inocentes deben sumarse para que el gobierno reconozca que la política de «abrazos y no balazos» es insuficiente para enfrentar la impunidad y la violencia en nuestro país? Si bien la búsqueda de alternativas pacíficas es un objetivo loable, es evidente que la actual estrategia ha fracasado en garantizar la seguridad de los ciudadanos. La tragedia se agrava al ver que las víctimas son tanto figuras públicas como ciudadanos comunes, lo que resalta la magnitud de la crisis que enfrentamos.

Más que programas sociales

Es fundamental entender que combatir la delincuencia no se resuelve únicamente con programas sociales, que a menudo parecen tener un objetivo electoral. Si bien estos programas pueden aportar a la cohesión social, no son la solución definitiva para enfrentar la impunidad delincuencial. Es necesario fortalecer las instituciones de seguridad y justicia en el país. Esto implica mejorar los mecanismos de colaboración entre los organismos de investigación, la procuración y la impartición de justicia. Sin embargo, la realidad es que estos organismos se encuentran en medio de un conflicto político, mientras el país se desmorona a su alrededor.

La falta de coordinación y la desconfianza entre las diferentes instituciones han debilitado la capacidad del Estado para hacer frente a la violencia. La corrupción, la impunidad y la politización de la seguridad son obstáculos que deben ser superados urgentemente. Se requiere un compromiso firme por parte del gobierno y un enfoque integral que incluya no solo estrategias de seguridad, sino también el fortalecimiento de la justicia, la educación y la inclusión social.

La urgencia de un cambio

La situación actual demanda una respuesta rápida y efectiva. Cada día que pasa sin una estrategia clara y efectiva, más vidas se pierden y más comunidades se ven afectadas. El gobierno debe reevaluar su enfoque en la política de seguridad y considerar la implementación de medidas que realmente respondan a las necesidades de la población.

Es imperativo que la Cuarta Transformación escuche las voces de quienes sufren las consecuencias de la violencia y tome decisiones basadas en la realidad que enfrenta el país, no en promesas vacías. La seguridad es un derecho fundamental, y cada mexicano merece vivir en paz y con la certeza de que el gobierno está trabajando activamente para protegerlo.

En conclusión, la Cuarta Transformación debe adoptar un enfoque más serio y pragmático hacia la seguridad. No podemos permitir que la política de “abrazos y no balazos” continúe como única respuesta ante un problema tan grave. Es hora de priorizar la vida y la seguridad de los ciudadanos por encima de las estrategias políticas. La transformación real comienza con la garantía de un entorno seguro para todos.

Escribe tu comentario para Facebook