En los días previos al proceso electoral varios mexicanos se mantenían hundidos en la incertidumbre en la forma en que transcurrirían. Los llamados a sabotear y boicotear el proceso por los grupos de maestros y estudiantes provocaban zozobra en determinadas comunidades que eran focos rojos por la amenaza de violencia.
Sin embargo hay que reconocer que ha sido el propio pueblo mexicano quien defendió el ejercicio de su derecho a votar lo que impidió que la jornada dominical se convierta en una batalla campal. Con excepción de Tixtla, Guerrero y algunas casillas en cada uno de los estados, junto con la lamentable muerte de dos personas en Temax en Yucatán, el proceso electoral transcurrió con calma y hoy el país se encuentra trabajando y produciendo.
Es claro que hay ganadores que seguramente estarán felices por la victoria. A ellos ahora les espera demostrar que la confianza que el pueblo ha depositado en ellos no se tira a la basura. El compromiso democrático se debe ahora asumir con gran responsabilidad. México debe ser un país de instituciones que realmente funcionen a favor del interés público. Requerimos por lo tanto, que las autoridades elegidas desde gobernadores, presidentes municipales y diputados federales y estatales, se pongan a trabajar en serio a favor de la sociedad.
Si algo podemos tener muy en claro es que el ciudadano ya está harto de la inacción política. Queremos resultados que vayan de forma directa en beneficios, en la procuración de una sociedad más segura y justa, con servicios públicos de calidad, autoridades más cercanas a la gente que a los intereses de grupos económicos, políticos o de partido.
Los que ahora perdieron es la oportunidad de reflexionar sobre las acciones que condujeron a ese resultado. Consciente que es mucho pedir pero la democracia construida en la coincidencia requiere del consenso y de la oportunidad para que todos participen en el proceso de mejoramiento social, económico y político. Ganadores y perdedores al final son igualmente ciudadanos. Las propuestas que se vertieron en el proceso de campaña no deben quedar en el olvido. Se hace necesario escuchar de todos y para todos.
Esa es la tarea que ahora nos debe enfocar esfuerzos para construir un mejor país, una eficiente entidad y un gobierno municipal de primera en el compromiso de construir una mejor sociedad. El tiempo de campaña y de jornada electoral ha concluido y ahora es parte de la historia. Independientemente de que aún se computarán los resultados oficiales según el proceso que aún no ha terminado, debemos ya empezar a darle la vuelta a la página.
El país nos necesita a todos para trabajar. Dejemos en el pasado la violencia de los comentarios, los insultos que nada abonan a la comprensión, que no aportan nada al diálogo de altura y respetuoso.
Creo que tenemos la capacidad para ello, las instituciones y el marco legal que nos permite fortalecer a la democracia y anteponer los intereses particulares a favor del bien e interés público de la nación.
México ha decidido y ahora nos toca a nosotros ponernos a trabajar a favor de nuestro país.
Si a un gobierno le va bien… a los demás nos irá mejor.