La hoja de ruta hacia la consecución de una prosperidad resistente para los pequeños Estados insulares adoptada este jueves en Antigua y Barbuda “marca el comienzo de un nuevo viaje” y de una década de logros para sus ciudadanos y el mundo, señala la número dos de la ONU.
En su intervención en la clausura de la Cuarta Conferencia Internacional sobre los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (SIDS4), la vicesecretaria general de las Naciones Unidas, Amina Mohammed, subrayó que, a pesar de las amenazas cada vez más existenciales que pesan sobre estos países, “tenemos motivos para la esperanza y el optimismo”.
Líderes mundiales y ministros de alto nivel de más de 100 naciones se unieron a otros 4000 participantes en el exuberante campus de la Universidad Americana de Antigua a lo largo de la semana, junto con representantes del sector privado, la sociedad civil, el mundo académico y la juventud, para abordar cuestiones cruciales para la supervivencia de los 39 pequeños Estados insulares frente a la crisis climática y otros choques.
La vicesecretaria adjunta declaró que el resultado adoptado, conocido como Agenda de Antigua y Barbuda, presenta una “visión del futuro que los pequeños Estados insulares quieren y necesitan”.
Por el buen camino
El plan para los próximos diez años acordado por todas las partes de la conferencia, titulado Una declaración renovada para una prosperidad resistente, establece las aspiraciones colectivas de desarrollo sostenible de los pequeños Estados insulares en desarrollo y el apoyo necesario de la comunidad internacional para alcanzarlas.
Mohammed dijo a los delegados que la Agenda pone a las economías de estos países en un rumbo firme para que puedan reforzar su resiliencia, con poblaciones seguras, sanas, productivas y prósperas “pero también donde el acceso a los alimentos, la energía y el agua esté garantizado”.
Se protegerá la biodiversidad al tiempo que se conservan los océanos y sus recursos, asegurados por una acción climática fuerte para limitar el aumento de la temperatura y la subida del nivel del mar.
Afirmó que toda acción para frenar el calentamiento global debe “responder a la urgencia del momento”.
El nuevo Centro de Excelencia para estas naciones, con sede en Antigua y Barbuda, estará orientado a la búsqueda de soluciones y servirá de plataforma para una participación crucial del sector privado, añadió.
La Agenda de Antigua y Barbuda también reclama una nueva financiación significativa a escala, donde más se necesita, dado el impacto paralizante de los reembolsos de la deuda a altos intereses a los que se enfrentan muchos países insulares.
También se está estableciendo un nuevo Servicio de Apoyo a la Sostenibilidad de la Deuda como parte de la agenda con visión de futuro y el suministro de datos que puedan medir realmente las vulnerabilidades para ampliar la financiación “a donde más importa con un sentido de urgencia”.
Compromiso a todos los niveles
La vicesecretaria adjunta advirtió que, aunque el camino está trazado, no existe un derecho automático al éxito: “El éxito depende de que cada uno de nosotros, todos y cada uno de nosotros, establezcamos auténticas asociaciones que sean oportunas, sólidas y eficaces” para hacer realidad la Agenda.
Mohammed dijo que era necesario “comprobar la realidad” en lo que respecta al seguimiento y la evaluación.
“Permítanme decir que, a medio camino de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, lo que medimos no se ha hecho y eso es una llamada de atención para nosotros… para no perder la credibilidad del sistema multilateral”. Subrayó que el verdadero trabajo consistirá en aplicar la hoja de ruta recién adoptada.
Hablando en nombre de la ONU dijo que “nos comprometemos a unirnos a sus esfuerzos a todos los niveles”.
Los coordinadores residentes de la ONU y los Equipos de País trabajarán codo con codo con todos los socios para lograr una prosperidad resiliente y ayudar a la transformación digital, “verde y azul”.
Nuevo viaje
“Recordemos que esta conferencia marca el comienzo de un nuevo viaje. Nuestras responsabilidades no acaban aquí. La Agenda debe guiar nuestros esfuerzos hacia 2030, cuando nos reunamos dentro de 10 años”.
El primer ministro de Antigua y Barbuda, Gaston Browne, que presidió la SIDS4, coincidió en que, aunque se ha logrado mucho, “nuestro verdadero trabajo no ha hecho más que empezar”.
“Ya tenemos la hoja de ruta y los acuerdos institucionales. Sigamos comprometidos con la innovación, la colaboración y la inclusión, trabajando juntos para superar nuestros retos únicos”, añadió.
Invertir en las personas debe ser la prioridad absoluta
A primera hora del día, los delegados se reunieron para debatir la importancia de la salud, especialmente para la generación más joven.
La fragilidad de los sistemas sanitarios en muchos pequeños Estados insulares está obstaculizando “el crecimiento y el potencial de nuestras generaciones más jóvenes”, advirtió este jueves el ministro plenipotenciario de Sint Maarten, Patrice Gumbs, en un diálogo interactivo sobre cómo abordar las crisis sanitarias y fortalecer a los jóvenes.
Invertir en capital humano en términos de salud, educación y capacitación de los jóvenes “no es una mera opción política, sino una necesidad para la supervivencia y el crecimiento”, añadió.
Esto debe liderarse mediante soluciones sanitarias innovadoras, como la telemedicina, los equipos sanitarios móviles y las asociaciones “que traigan la experiencia y la tecnología a nuestras costas”.
El copresidente del evento y primer ministro de Cabo Verde, José Ulisses Correia e Silva, afirmó que invertir en las personas en general “debe ser una prioridad absoluta para nosotros”, junto con la defensa de la dignidad de la mujer, el respeto de los derechos humanos, la igualdad de género y la tolerancia.
“Debemos reforzar las inversiones, las políticas y las asociaciones para el acceso a una educación y una sanidad de calidad, y dar prioridad absoluta a la erradicación de la pobreza extrema y a la creación de empleos decentes para los jóvenes”, subrayó.
La directora del mayor organismo humanitario del mundo, el Programa Mundial de Alimentos (PMA), Cindy McCain, afirmó que el fomento de la sanidad, la educación y la formación no sólo debe permitir sobrevivir, sino también prosperar.
El capital humano sienta las bases mismas del desarrollo sostenible, señaló.
“Es un hilo dorado que recorre todas nuestras conversaciones de esta semana”, declaró, “ya que hemos debatido cómo podemos trabajar juntos. Para adaptarnos al cambio climático, proteger los medios de subsistencia y ayudar a los pequeños Estados insulares en desarrollo a trazar el camino hacia una prosperidad resistente”.
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