Ante la falta de conversaciones políticas renovadas que conduzcan a un gobierno unificado y a elecciones, se puede prever mayor inestabilidad política, financiera y de seguridad, divisiones políticas y territoriales arraigadas, y mayor inestabilidad interna y regional, advierte la enviada especial adjunta para ese país.
Los recientes “actos unilaterales” de las partes enfrentadas en Libia han provocado un rápido deterioro de la estabilidad política y económica, unido al aumento de la inseguridad, advirtió este martes la representante especial adjunto de la Misión de Apoyo de las Naciones unidas en Libia (UNSMIL) al Consejo de Seguridad.
En una sesión del órgano resolutivo sobre el país norafricano, Stephanie Koury dijo que estos acontecimientos “han aumentado la tensión, han afianzado aún más las divisiones institucionales y políticas y han complicado los esfuerzos para una solución política negociable”.
La UNSMIL está trabajando para promover la desescalada y necesita el apoyo del Consejo, añadió.
“El statu quo no es sostenible”, afirmó, y agregó que ante la falta de conversaciones políticas renovadas que conduzcan a un gobierno unificado y a elecciones, se puede prever “mayor inestabilidad política, financiera y de seguridad, divisiones políticas y territoriales arraigadas, y mayor inestabilidad interna y regional”.
Un país, dos gobiernos
Libia sigue dividida entre dos administraciones rivales. El Gobierno de Unidad Nacional (GUN), reconocido internacionalmente, tiene su sede en la ciudad noroccidental y capital del país, Trípoli, y está dirigido por el primer ministro Abdul Hamid Dbeibeh, mientras que el Gobierno de Estabilidad Nacional (GNE) tiene su sede en el este.
El GNU recibe asesoramiento del Alto Consejo de Estado, y el gobierno oriental está respaldado por la Cámara de Representantes y el llamado Ejército Nacional Libio.
Koury aseveró que en los dos últimos meses se han producido movimientos unilaterales de seguridad tanto por parte del Ejército Nacional Libio como de las fuerzas afiliadas al Gobierno de Unidad Nacional, lo que ha provocado la movilización de la otra parte.
Además, el 9 de agosto estallaron fuertes enfrentamientos entre dos grupos armados en Tajoura, al este de Trípoli, que causaron muertos, heridos entre la población civil y la destrucción de propiedades. Los esfuerzos de mediación local lograron apaciguar la situación.
“Las acciones unilaterales de figuras políticas y de seguridad también están socavando la estabilidad de otras maneras”, alertó, y explicó que los intentos de destituir al gobernador del Banco Central se enfrentan a la voluntad de mantenerlo. Lo mismo ocurre con el primer ministro y su gobierno.
Batalla presupuestaria
En cuanto a la inestabilidad económica, Koury señaló que tras meses de esfuerzos por elaborar un presupuesto unificado, con la participación de representantes del este, oeste y sur, la Cámara de Representantes aprobó el mes pasado una asignación presupuestaria suplementaria “presentada unilateralmente por el gobierno designado por la Cámara de Representantes”, lo que suscitó denuncias de los líderes occidentales.
Apuntó que continúan los esfuerzos para cambiar al gobernador del Banco Central. El Consejo de la Presidencia de Libia emitió recientemente una decisión para nombrar a un nuevo gobernador y formar un Consejo de Administración, que la Cámara de Representantes rechazó.
“Estos esfuerzos están alimentados por la percepción de que el Banco Central no está actuando de forma transparente y con una gobernanza justa tanto para el este como para el oeste en términos de asignación de recursos”, refirió.
Desescalada y diálogo
Koury informó que la UNSMIL y los Estados miembros de la ONU trabajan arduamente para calmar la situación.
“Como primer paso, la UNSMIL busca ayudar a facilitar una desescalada general y está proponiendo conversaciones para desarrollar un conjunto de medidas de fomento de confianza entre todas las partes con el propósito de poner fin a las acciones unilaterales y crear un entorno más propicio para reanudar el proceso político”, indicó.
Detalló que estas medidas tendrían como objetivo poner fin a las acciones unilaterales, restaurar la confianza en el Banco Central, garantizar que los movimientos de los actores militares y de seguridad estén coordinados para evitar la movilización y los temores, entre otros.
Frustración y temor
Mientras tanto, los libios se sienten frustrados por el statu quo de su país y por las consecuencias que está teniendo en sus vidas.
“Muchos expresan ahora temor ante la posibilidad de que estalle de nuevo la guerra en torno a los enfrentamientos entre grupos armados. También expresan preocupación sobre su capacidad de hablar, de compartir sus opiniones políticas, en un espacio libre de amenazas. Los jóvenes no ven un futuro, salvo intentar marcharse. Esto no es aceptable”.
“Hacer avanzar el proceso político, manteniendo al mismo tiempo la estabilidad, es la prioridad clave de la UNSMIL”, sostuvo la representante especial, y dijo a los embajadores: “Cuento con su apoyo para llevar esto adelante”.
Avance de elecciones locales
A pesar del difícil contexto, las elecciones locales avanzan y se espera que tengan lugar a mediados de octubre. Aproximadamente 210.000 personas se han inscrito para votar y la distribución de tarjetas de votante, así como la inscripción de candidatos, comenzó el 18 de agosto.
“Lamentablemente, la participación femenina sigue siendo relativamente baja, ya que sólo representa el 30% de los votantes inscritos”, declaró Koury.
Además, hay una baja participación de mujeres como candidatas, acotó, y pidió medidas más proactivas para abordar los “muchos obstáculos” a los que se enfrentan, como la intimidación, la violencia en línea y los ataques verbales.
En otros asuntos
Koury informó que las organizaciones extremistas mantienen el acceso y la presencia en Libia aprovechando sus conexiones con la delincuencia organizada local y transnacional.
Esta creciente relación es especialmente preocupante, ya que al parecer han estado entrando armas en el país, en violación del embargo en vigor.
En el frente humanitario, precisó que las inundaciones del 16 de agosto en el suroeste de Libia desplazaron a unas 5800 personas. El equipo de la ONU en el país ha respondido enviando suministros humanitarios, en coordinación con las autoridades.
El número de refugiados sudaneses en Libia ha aumentado a 97.000 tras el estallido de la guerra en abril de 2023. La mayoría están llegando a al-Kurfa, donde se enfrentan a condiciones difíciles. El plan de la ONU para asistir a los refugiados sólo está financiado en un 21%.
Boletín de prensa