El titular de la ONU pide nuevos impuestos mundiales sobre la aviación, el transporte marítimo y la extracción de combustibles fósiles para apoyar los esfuerzos de transición climática en los países en desarrollo y asegura que la financiación de la lucha contra el cambio climático no es caridad, es una inversión. Mientras, uno de los frutos de la COP29 ya se ha recogido: la creación de un mercado de carbono centralizado.
El Secretario General de la ONU dijo el martes que los líderes reunidos en Bakú para la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, la COP29, deben tomar medidas inmediatas para reducir las emisiones, salvaguardar a las personas del caos climático y «derribar los muros a la financiación climática» en respuesta a la «clase magistral de destrucción climática» que el mundo ha presenciado en 2024.
«El sonido que se oye es el tic-tac del reloj. Estamos en la cuenta atrás final para limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 grados centígrados. Y el tiempo no está de nuestro lado», advirtió, António Guterres.
En su discurso de apertura de la Conferencia, el segmento de nivel ministerial de la COP29, que se inauguró ayer lunes, pero hoy entró en su segmento de alto nivel en Bakú, la capital de Azerbaiyán, Guterres se refirió al calentamiento global, señalando que es casi seguro que 2024 será el año más caluroso jamás registrado.
«Ningún país se libra» de la destrucción climática, señaló Guterres, quien habló de su impacto desde los huracanes a los mares hirvientes, pasando por cosechas asoladas por la sequía a regiones enteras anegadas por inundaciones. Todo está sobrealimentado por el cambio climático de origen humano.
Injusticia evitable
En la economía mundial, las perturbaciones de la cadena de suministro aumentan los costes en todas partes: Las cosechas diezmadas hacen subir los precios mundiales de los alimentos; las viviendas destruidas aumentan las primas de todos los seguros.
«Esta es una historia de injusticia evitable: Los ricos causan el problema, los pobres pagan el precio más alto», declaró el jefe de la ONU, señalando que Oxfam ha descubierto que los multimillonarios más ricos emiten más carbono en una hora y media que una persona media en toda su vida.
«A menos que las emisiones caigan en picado y la adaptación se dispare», subrayó, “todas las economías se enfrentarán a una furia mucho mayor”.
En ese contexto, el Secretario General pidió nuevos impuestos mundiales sobre la aviación, el transporte marítimo y la extracción de combustibles fósiles para apoyar los esfuerzos de transición climática en los países en desarrollo.
Razones para la esperanza
Pero hay muchas razones para la esperanza, continuó el Secretario General, señalando los sólidos pasos que se habían dado el año pasado en la COP28 en los Emiratos Árabes Unidos.
En los EAU, todos los países habían acordado abandonar los combustibles fósiles; acelerar los sistemas de energía neta cero, estableciendo hitos para llegar impulsar la adaptación climática; y alinear la próxima ronda de planes climáticos nacionales (NCD) para toda la economía con el límite de 1,5 grados establecido en París.
«Ha llegado la hora de cumplir», afirmó, subrayando que una encuesta realizada por la Universidad de Oxford y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) había revelado que el ochenta por ciento de los ciudadanos de todo el mundo quieren más acción climática. Además, «científicos, activistas y jóvenes exigen un cambio: hay que escucharlos, no silenciarlos».
El responsable de la ONU señaló a continuación que el año pasado, por primera vez, la cantidad invertida en redes y energías renovables superó a la gastada en combustibles fósiles y hoy, en casi todas partes, la solar y la eólica son la fuente más barata de nueva electricidad.
«Volver a apostar por los combustibles fósiles es absurdo. La revolución de la energía limpia ya está aquí. Ningún grupo, ninguna empresa ni ningún gobierno puede detenerla. Pero puede y debe garantizar que sea justa, y lo suficientemente rápida como para limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 grados centígrados», explicó.
Tres prioridades
Teniendo todo esto en cuenta, Guterres afirmó que «los países en desarrollo no deben irse de Bakú con las manos vacías» e instó a los líderes mundiales presentes en la COP29 a centrarse en tres áreas de actuación inmediata:
1. Reducir las emisiones de forma urgente: recortar las emisiones un 9% cada año hasta alcanzar el 43% de los niveles de 2019 en 2030. Este es el camino más claro para limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 grados centígrados
2. Hacer más para proteger a las personas de los estragos de la crisis climática. El desfase entre las necesidades de adaptación y la financiación podría alcanzar los 359.000 millones de dólares anuales en 2030. Los dólares que faltan no son abstracciones en un balance: son vidas arrebatadas, cosechas perdidas y desarrollo negado.
3. Derribar los muros de la financiación climática acordando un nuevo objetivo de financiación que contenga un aumento significativo de la financiación pública en condiciones favorables; una indicación clara de cómo la financiación pública movilizará los billones de dólares que los países en desarrollo necesitan; el aprovechamiento de fuentes innovadoras; el establecimiento de un marco para una mayor accesibilidad, transparencia y rendición de cuentas; y el aumento de la capacidad de préstamo para bancos multilaterales de desarrollo más grandes y audaces.
Normas estrictas para un mercado de carbono centralizado
Uno de los frutos de la COP29 se obtuvo a última hora del lunes, cuando las partes aprobaron nuevas normas estrictas para un mercado de carbono centralizado bajo los auspicios de la ONU, un mecanismo destacado la semana pasada por el organismo de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD).
El secretario ejecutivo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático afirmó que el acuerdo era «un buen comienzo» tras 10 años de negociaciones.
«Cuando estén operativos, estos mercados de carbono ayudarán a los países a aplicar sus planes climáticos de forma más rápida y barata, reduciendo las emisiones», afirmó Simon Stiell, añadiendo que “estamos muy lejos de reducir a la mitad las emisiones esta década, pero las victorias en los mercados de carbono aquí en la COP29 nos ayudarán a volver a esa carrera”.
Stiell afirmó que es esencial garantizar que los países en desarrollo se beneficien de los nuevos flujos financieros desbloqueados a través del mercado de carbono de la ONU, donde se comprarán y venderán créditos para impulsar el desarrollo.
No es caridad
«En lo que respecta a la financiación de la lucha contra el cambio climático, el mundo debe pagar o la humanidad pagará el precio», subrayó el máximo responsable de la ONU al decir a los líderes mundiales que “ustedes y sus gobiernos deben guiarse por una verdad clara: la financiación de la lucha contra el cambio climático no es caridad, es una inversión; la acción por el clima no es opcional, es imperativa”.
Ambas son indispensables, dijo, «para garantizar un mundo habitable para toda la humanidad. Y un futuro próspero para todas las naciones de la Tierra».
Un seguro contra la inflación
En su intervención en la Cumbre de Líderes, Simon Stiell, se hizo eco de muchos de los mismos temas que había abordado el Secretario General, advirtiendo de que la crisis climática se está convirtiendo rápidamente en un asesino de la economía.
«Los efectos del cambio climático están reduciendo hasta en un 5% el PIB de muchos países», subrayando que la crisis climática es una crisis del coste de la vida, ya que las catástrofes provocadas por el clima están incrementando los costes de los hogares y las empresas.
«El empeoramiento de las repercusiones climáticas pondrá la inflación en esteroides a menos que todos los países adopten medidas climáticas más audaces», afirmó Stiell, cuyo organismo convoca las reuniones anuales de la COP.
Después, instó a los líderes a aprender las lecciones de la pandemia, cuando miles de millones de personas sufrieron porque no se actuó colectivamente con suficiente rapidez cuando las cadenas de suministro quedaron destrozadas.
«No volvamos a cometer ese error. La financiación climática es un seguro contra la inflación mundial. Los costes climáticos galopantes deberían ser el enemigo público número uno», afirmó.
A continuación, subrayó que una acción climática más audaz puede impulsar las oportunidades económicas y la abundancia en todas partes. La energía limpia y barata puede ser la base de muchas economías. Significa más empleo, más crecimiento, menos contaminación en las ciudades, ciudadanos más sanos y empresas más fuertes.
«Miles de millones de personas sencillamente no pueden permitirse que sus gobiernos abandonen la COP29 sin un objetivo de financiación mundial para el clima», dijo Stiell a los líderes para dejar claro que esperaban un sólido conjunto de resultados en Bakú.
«Digan a sus negociadores que se salten las posturas y pasen directamente a encontrar un terreno común. Acerquen posturas».
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