Ante el anuncio realizado por el Secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer, el pasado miércoles para corregir la evaluación docente, se pone en evidencia la fragilidad de la Reforma Educativa, si no se respetan las acciones y a sus actores.
El Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), es el encargado de realizar las evaluaciones y de proponer la metodología para llevar a cabo esta acción, pero después de la reunión sostenida ese día por el titular de la SEP, Aurelio Nuño y el dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Juan Díaz, se anuncia un rediseño en el instrumento.
Queda claro que la evaluación docente es una facultad del INEE y los miembros de la junta de gobierno del Instituto han demostrado su capacidad, profesionalismo y liderazgo en la implementación de todas sus acciones, por lo que se debe respetar su autonomía y las decisiones que tomen como órgano de evaluación.
Sin duda, dicha autonomía es uno de los más grandes logros de la Reforma Educativa y un gran paso en el camino por la calidad en la educación en México, a la cual no se puede renunciar.
Para que la Reforma Educativa funcione no se necesitan negociaciones, se necesita su aplicación real y el respeto a cada uno de los actores que la conforman.
La Secretaría de Educación Pública (SEP) no debe ceder ante presiones de grupos que buscan fines personales y políticos y que han demostrado que el tema educativo no les interesa.
La Reforma Educativa requiere un esfuerzo permanente de mejora, continuidad y cumplimiento de su aplicación, así como el respeto y compromiso a cada uno de los actores.