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Incorporar mujeres árabes al mercado laboral es justicia social y climática

Sharm el Sheij (Egipto), 14 nov (EFE).- La presencia de mujeres en el mercado laboral en los países árabes es hasta un 24% inferior a la media mundial, según la directora de la Oficina Regional de ONU Mujeres para esta región, Susanne Mikhail, quien propuso en la jornada destinada a género de la COP27 la necesidad de articular leyes igualitarias e inversiones para revertir esta situación.

«Es muy común que en algunos países árabes restrinjan el acceso de las mujeres a determinados sectores laborales, cuestión que tiene que enmendarse para garantizar la igualdad de oportunidades», afirmó a EFE Mikhail, quien tachó este hecho de violencia contra las mujeres por impedirles trabajar por una cuestión de género.

En ese sentido, la funcionaria de la ONU apuntó que entre sus objetivos está el de incrementar en un 5% la participación de las mujeres en el mercado laboral en la región árabe durante el próximo año, meta que espera conseguir con el compromiso de 22 Estados árabes para invertir en medidas que acaben con esta desigualdad.

Para ello, definió tres pilares económicos en los que encajar la fuerza laboral femenina: la economía de cuidados, la economía verde y la STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Matemáticas).

La profesionalización de los servicios de asistencia del hogar, el impulso de sectores verdes como energías renovables y agricultura inteligente y la creciente presencia de mujeres en ámbitos científicos y tecnológicos en la región árabe son pruebas del cambio social que, según Mikhail, establece las bases para hacer efectivas las políticas de igualdad que demanda la población.

La directora de la Oficina Regional de ONU Mujeres en la región árabe destacó el creciente interés por políticas de conciliación familiar que amplíen no solo la baja de maternidad, sino también la de paternidad: «Cada vez son más los hombres que piden ampliar su permiso para pasar más tiempo con su familia, si bien todavía son los que menos horas dedican a tareas del hogar», dijo.

Así, para Mikhail, impulsar la incorporación laboral de las mujeres árabes requiere de inversión, políticas adaptadas y normas sociales, a lo que sumó un cuarto factor como lo es la eliminación de los estereotipos asociados a su cultura o sexo y que en numerosas ocasiones impiden o dificultan su acceso al mercado del trabajo.

«En tiempos de crisis solemos adoptar un pensamiento más conservador y, aún así, las generaciones jóvenes demuestran pensamientos y actitudes más progresistas también en términos de igualdad de género», apuntó Mikhail, quien lo relacionó con el cambio cultural que produce una educación más amplia.

Desde ONU Mujeres insisten que una mayor presencia de la mujer en el mercado laboral se traduce en acciones, planes e iniciativas más verdes y con un enfoque más social a la vez que orientado a proyectos vinculados con el cuidado del medio ambiente porque «se tienen en cuenta sensibilidades que antes quedaban apartadas al ámbito del hogar, al cuidado familiar».

De ahí que la incorporación de la mujer en el mundo laboral no solo sea una cuestión de justicia social e igualdad, sino también de impulso hacia medidas directamente relacionadas con una sociedad más sostenible y comprometida con el medio ambiente y la lucha contra el cambio climático.

Rosa Soto