En estos días más de 6,000 mexicanos están sufriendo por la pérdida de su patrimonio al usar los servicios financieros de FICREA, una entidad de ahorro y crédito popular cuyo creador se aprovecho para fines personales y ajenos a los intereses de los miembros de la asociación. Lo malo es que la asociación operó con la autorización de las autoridades financieras – CONDUSEF y CNBV – hasta que les encontraron las anomalías, por lo cual, se intervino y se solicitó iniciar el procedimiento de disolución y liquidación.
Como suele suceder no todos los que depositaron van a ver regresada la totalidad de la cantidades invertidas. El contrato es claro en cuanto al límite asegurado que no rebasa los 25,000 UDIS que equivalen a alrededor de 131 mil pesos. Lo que significa que más allá de esa cantidad la devolución dependerá de lo que se recaude del proceso de liquidación que contempla la venta de activos y recuperación posible de la cartera vencida. Alrededor de la mitad si podrá recibir la totalidad de su dinero por estar por debajo del tope protegido.
Esto obviamente ha caído como balde frío para las personas que depositaron más de esa cantidad, inclusive para quienes depositaron todo su patrimonio. Desde el punto de vista legal, aún cuando las sociedades de crédito y ahorro popular son auditadas por las autoridades financieras, son muy claros los principios jurídicos por los cuales se rigen. Lamentablemente el desconocimiento de la normatividad ha provocado muchos abusos de quienes han visto en esta estructura una forma de hacerse de dinero a costa de los demás.
Como personas es normal que se busque la mejor optimización del dinero en un inversión. De forma semejante en otras ocasiones, FICREA ofrecía una mejor tasa de interés que por ser atractiva propició que varios mexicanos se sintieran confiados y depositaran todos sus recursos. Hoy esa ambición sana pero mal dirigida produce una situación de incertidumbre y molestia que es entendible por el monto de la perdida. Sin embargo, el «poner los huevos en una sola canasta» no es la mejor decisión para invertir. Si el instrumento utilizado – como es el caso de FICREA, Bolsa de Valores, fondos de inversión – fracasan, los riesgos se asumen igualmente por quienes intervinieron en aquel.
El gobierno está facultado para hacer valer la ley, no para compensar en su totalidad lo que queda fuera de ella y que la decisión y riesgo de los ciudadanos. El asumir toda la deuda de FICREA significa un rescate financiero que será facturado por los contribuyentes de forma general. La adecuada información de los límites y estar dentro de ellos significa tener la certeza de recuperar lo perdido.
Aunque también hay que notar que no es la primera vez y seguramente la última que sucederá un caso similar. Lo que valdría la pena cuestionar si la acción de auditoría e intervención de las autoridades se considera suficiente para garantizar la buena operación de este tipo de sociedades de crédito y ahorro popular. Instrumentos que tiene la finalidad de apoyar la economía de sus asociados y miembros.