El mecanismo para proteger a los trabajadores humanitarios no es un problema y se acordó según los estándares internacionales, el problema es que no se respeta y no hay rendición de cuentas cuando se viola el derecho internacional, sostiene el director de logística del organismo en una entrevista desde la escuela de Nuiserat, Gaza, bombardeada el miércoles, que dejó unos 20 muertos, entre ellos seis de sus empleados.
Sam Rose, director adjunto de Logística de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) en Gaza, afirmó este sábado que no hay ningún problema con el mecanismo para proteger a los trabajadores humanitarios en Gaza –acordado al comienzo del conflicto allí– pero hay “cada vez más pruebas de que no se está cumpliendo”.
Los comentarios de Rose se producen después del ataque aéreo israelí del miércoles pasado contra una escuela de la UNRWA en Nuseirat que alberga a miles de personas desplazadas y que dejó cerca de 20 muertos, incluidos seis de sus colegas.
En declaraciones a Noticias de la ONU desde Gaza tras su visita a la escuela Al-Jaouni, que fue blanco de bombardeos israelíes el miércoles, Rose describió la escena allí mientras miles de familias palestinas siguen refugiándose en las aulas y el campus de ese centro educativo.
El ataque ocurrió cuando el personal de la UNRWA estaba cambiando de turno y los compañeros caídos habían decidido reunirse para una comida sencilla, una de las pocas cosas que quedan y que dan una sensación de normalidad en medio del caos que se vive actualmente Gaza.
Dolor y conmoción
“El personal todavía está en un estado de dolor y conmoción, pero los colegas hablaron del horror y de lo que pasa por sus mentes cuando suceden cosas así”, dijo el funcionario tras conversar con el personal de la Agencia.
“Podrían haber comido en la oficina del director, pero decidieron que necesitaban un poco más de espacio, por lo que se mudaron al almacén junto a los laboratorios de ciencias [la zona bombardeada]. Un colega nos relató que algunos de los niños de la escuela lo vieron ese día y le dijeron que pensaban que lo habían asesinado porque supusieron que estaba trabajando en ese turno. La escena en general es horrible, pero son los elementos cotidianos los que muestran su magnitud”, señaló.
Rose transmitió al personal superviviente el mensaje de que el mundo está observando y que los funcionarios de UNRWA seguirán alzando la su voz ante la comunidad internacional e insistirán en la rendición de cuentas por este incidente y todo el sufrimiento que han padecido.
Los trabajadores ya no se sienten seguros con el chaleco de la ONU
Sin embargo, señaló muchos trabajadores declararon estar cansados de oír hablar del derecho internacional, “que no parece aplicarse a ellos”.
“Un miembro del personal nos dijo que ya no se sentía seguro usando el chaleco de la ONU, por lo que decidió no usarlo ese día, pese a que gracias a él la población escolar lo identifica como un empleado de la UNRWA. Nos dijo que ya no quiere usarlo porque siente que lo convierte en un objetivo. Otro trabajador nos dijo que sus hijos trataron de impedirle salir de la casa, y cuando dice salir de la casa, quiere decir salir de la tienda de campaña. Sus hijos le impidieron salir ese día para ir a trabajar porque no se sentían seguros”, contó.
A pesar de las preocupaciones por su seguridad, Rose recalcó que el personal de UNRWA en la escuela convertida en refugio para personas desplazadas sigue trabajando para ayudar a la comunidad en todo lo que puede.
“Al mismo tiempo, se le acusa de trabajar para una organización terrorista, lo que en su momento de dolor los ha dejado sintiéndose enfermos, inútiles y aturdidos”, agregó.
Espíritu de comunidad
El funcionario destacó el espíritu comunitario que observó durante su visita, ya que las personas y los trabajadores se unen para apoyarse mutuamente, con mecanismos de supervivencia que les permiten hacer frente a los espantosos eventos que los acechan.
La escuela Al-Jaouni ha sido un refugio para muchos habitantes de la Franja de Gaza desde el 13 de octubre de 2023 y, a pesar de ser bombardeada repetidamente, la gente permanece allí.
Sam Rose refirió que algunos de los desplazados, incluido el personal de UNRWA, se fueron después del último incidente, pero regresaron “porque, en primer lugar, no tienen ningún otro sitio adónde ir. Y en segundo lugar, no hay garantía de que estén seguros en ninguna parte a la que vayan. Así que simplemente eligen quedarse donde están y esperar lo que suceda”, lamentó.
Violación del derecho internacional
El director adjunto reiteró que todas las partes del conflicto deben respetar las instalaciones de la ONU y nunca utilizarlas para actividades militares, y añadió que los objetivos militares deben medirse de acuerdo con los principios “firmados por los ejércitos del mundo en términos de las precauciones que se deben tomar y la distinción entre combatientes y civiles”.
En este renglón resaltó que la Agencia no tiene información específica sobre por qué fue atacada esta escuela en particular, además de que no sabe de ninguna transgresión en la escuela antes del ataque. “Exigimos una investigación independiente y completa, como hemos hecho con cada ataque a las instalaciones de la UNRWA desde el comienzo del conflicto, y hay varios cientos de ellos en este momento”, recordó.
A la pregunta de por qué parece imposible establecer un mecanismo eficaz para proteger a los trabajadores humanitarios, respondió que no hay nada malo con el mecanismo en sí, ya que sigue procedimientos similares al sistema de notificación humanitaria que la Organización utiliza en zonas de conflicto en todo el mundo, y precisó que los términos y modalidades se negociaron y acordaron al comienzo del conflicto en Gaza, “pero lo que vemos evidencia cada vez más que no se está cumpliendo con lo acordado”.
“Cuando tenemos personal que ha sido aprobado para viajar al norte de Gaza con antelación y ha estado allí muchas veces antes sin ningún problema, pero que al llegar al puesto de control es sometido a algún tipo de asalto horrible y grave que dura varias horas, lo único que podemos concluir es que el mecanismo de protección simplemente no se está respetando. Creo que sería mejor preguntar a las partes en conflicto, porque nosotros estamos cumpliendo con nuestra parte del trato en términos del sistema de notificación humanitaria y los mecanismos de coordinación”, sostuvo.
Gaza está en la mente del mundo todos los días
Rose consideró que la ONU se ha quedado sin opciones para proteger a los trabajadores humanitarios y a los civiles en Gaza, pero enfatizó que seguirá intentando proporcionar “un mínimo de protección, en parte mediante nuestra presencia aquí, y también mediante el seguimiento, la presentación de informes y la asistencia”.
La situación en Gaza está en la mente del mundo todos los días, “así que no es que la gente no lo intente, pero parece que no lo está logrando”, reflexionó.
En este sentido, llamó a los Estados miembros de la ONU a ajustarse a los principios que firmaron en la Carta de la ONU para garantizar que se proporcione ayuda y servicios humanitarios.
Para terminar, hizo hincapié en que las violaciones del derecho internacional han afectado y seguirán afectando a la capacidad de la ONU para operar en Gaza y en otros lugares. “Lamentablemente, si las partes en un conflicto pueden ver que las normas, los marcos y el derecho humanitario internacional pueden ignorarse con aparente impunidad, eso tiene un impacto en nuestra capacidad de trabajar y mantener nuestra seguridad en otros conflictos ahora y en el futuro”.
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