Esta semana me reuní con Yarden Gonen, Dalia Cusnir, Lihi Moskow, familiares de rehenes israelíes secuestrados por Hamas el 7 de octubre de 2023, así como con la familiar, sobreviviente y ex rehén Aviva Siegel.
Debemos insistir, como un compromiso moral insoslayable, en la liberación y retorno de todos los rehenes víctimas de los atentados perpetrados por Hamas el año pasado.
El retorno de los rehenes significa el cese del fuego como ha sido propuesto y anunciado reiteradas veces. Hamas tiene la llave para ese cese del fuego y es injusto que el pueblo palestino de Gaza -niños, niñas, mujeres- sean también rehenes de la irracional negativa de Hamas a cumplir con una obligación esencialmente humana. Esta irracionalidad de una guerra, y de prolongar la guerra, ha sembrado ya suficiente sufrimiento, violación de derechos humanos y muerte de inocentes. Es cierto que es fundamental que no haya atrocidades en ninguna guerra, pero también es cierto que es esencial que no haya guerra, y el camino de la paz es el mejor para que no haya atrocidades.
Nuestro compromiso con la Paz nos debe demandar, antes que nada, exigir la liberación de los rehenes, porque su secuestro ha causado la guerra y su liberación detendrá la guerra. Hamas debe asumir la responsabilidad de hacerlo, pues de lo contrario es claro coautor de cualquier atrocidad. Por supuesto que habrá algunos que, desde el colmo del cinismo, querrán que la guerra se detenga sin que los rehenes retornen, pero ello implicaría la prevalencia del agresor y abrir el camino a futuras agresiones.
Es tiempo para un cese del fuego, es tiempo para la paz, es tiempo para el retorno de todos los rehenes. No es admisible ninguna dualidad ética al respecto.
Boletín de prensa