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Claudia Sheinbaum y una nueva era con el humanismo mexicano

Notipress.- En su primer discurso como presidenta de México el 1 de octubre de 2024, Claudia Sheinbaum resaltó el modelo de desarrollo basado en el humanismo mexicano, una propuesta que se aparta del enfoque neoliberal de las décadas recientes. Este modelo presentado por el expresidente Andrés Manuel López Obrador, busca un crecimiento económico que ponga en el centro el bienestar de las personas, la justicia social y la sostenibilidad ambiental.

Humanismo mexicano

El humanismo mexicano es un modelo de desarrollo que, según Sheinbaum, se basa en los principios históricos y culturales de México, priorizando la equidad social, el bienestar compartido y la austeridad republicana. El concepto se nutre de los valores que guiaron a los grandes líderes del país, como Benito Juárez, Lázaro Cárdenas y Francisco I. Madero, y responde a la necesidad de superar los problemas generados por el modelo neoliberal.

Fue en San Lázaro que la mandataria explicó, el humanismo mexicano parte de la idea de que “por el bien de todos, primero los pobres”, término acuñado por López Obrador. Este principio guía las políticas públicas hacia una redistribución más justa de la riqueza, donde el Estado interviene o desempeña un papel activo en la economía para asegurar que los beneficios del crecimiento lleguen a todos los sectores de la población.

Principios del humanismo mexicano

Ante delegaciones que representaron que representaron a 105 países y asistieron a la toma de protesta como presidenta de México, Claudia Sheinbaum explicó los principios básicos del humanismo mexicano.

  1. Prosperidad compartida: El modelo sostiene que el crecimiento económico debe incluir a los sectores más desfavorecidos. Según Sheinbaum, “para que haya prosperidad, debe ser compartida”, lo que implica priorizar políticas de apoyo a las clases trabajadoras, como el incremento del salario mínimo y los programas sociales que garantizan derechos básicos como la salud, la educación y la vivienda.
  2. Austeridad republicana: Inspirado en Benito Juárez, este principio propone que el gobierno debe ser austero y evitar cualquier tipo de lujo o privilegio. “No puede haber gobierno rico con pueblo pobre”, señaló la presidenta. La austeridad republicana no solo implica la moderación en los gastos del gobierno, sino también que los recursos públicos se utilicen de manera eficiente y sin corrupción.
  3. Honestidad y ética en el servicio público: El Humanismo Mexicano propone que la honestidad es un pilar fundamental para el desarrollo de una nación justa. Sheinbaum destacó que “la honestidad da resultados”, y que el combate a la corrupción permite liberar recursos para destinarlos a programas sociales y proyectos de infraestructura que mejoren la calidad de vida de los mexicanos.
  4. Democracia participativa: En el Humanismo Mexicano, la democracia no es solo un sistema de gobierno, sino un proceso en el que la ciudadanía tiene un papel protagónico. Sheinbaum citó a Benito Juárez para subrayar que “la democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”, y destacó la importancia de la participación ciudadana en la toma de decisiones clave para el país.
  5. Sostenibilidad y respeto al medio ambiente: El modelo también contempla que el desarrollo debe estar en armonía con la naturaleza. Sheinbaum indicó que “el desarrollo y el bienestar del pueblo solo pueden fortalecerse con el cuidado del medio ambiente”, por lo que las políticas económicas del Humanismo Mexicano incluyen una transición hacia las energías renovables y la protección de los recursos naturales.

Aplicación humanismo mexicano

Bajo este modelo, la administración de Claudia Sheinbaum propone una serie de acciones y políticas que buscan transformar profundamente la estructura económica y social del país:

  • Programas sociales: Se mantendrán y ampliarán los programas sociales que se implementaron durante el gobierno de López Obrador, como la pensión universal para adultos mayores, las becas para estudiantes y los programas de apoyo a jóvenes. Estos programas son vistos como herramientas clave para reducir la desigualdad y mejorar las condiciones de vida de millones de mexicanos.
  • Inversión pública y privada: A diferencia del modelo neoliberal, el humanismo mexicano no deja el desarrollo únicamente en manos del sector privado. Según Sheinbaum, el Estado debe participar activamente en la economía a través de inversiones en infraestructura, salud, educación y tecnología. Al mismo tiempo, se promueve la inversión privada bajo “reglas claras” que aseguren el respeto a la ley y los derechos laborales.
  • Transición energética: El humanismo mexicano también incluye una visión de largo plazo que busca garantizar la sostenibilidad ambiental. Entre las políticas más destacadas está el impulso a las energías renovables, como parte de un Plan Nacional de Energía que promueve la transición hacia fuentes limpias y la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Por qué es relevante el humanismo mexicano

Este modelo de desarrollo representa un cambio significativo en la manera de gobernar y de pensar el progreso del país según la visión de Morena, impulsada por el expresidente López Obrador. Al poner al ser humano y su bienestar en el centro de las decisiones políticas y económicas, se busca un crecimiento más equitativo y justo, que no esté basado únicamente en el beneficio de unos pocos, sino en la mejora de la calidad de vida de todos los mexicanos.

Para Claudia Sheinbaum, el humanismo mexicano es la clave para “una transformación profunda” que pueda resolver problemas históricos de desigualdad, pobreza y corrupción, y al mismo tiempo garantizar un futuro sostenible para el país. Así lo refirió en su primer discurso de toma de protesta en San Lázaro el 1 de octubre de 2024.

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