Indicadores sociales muestran la gravedad con que la pandemia podría afectar a 189 países
Nueva York, 3 May (Notimex).- El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) dio a conocer dos nuevos indicadores que ponen de manifiesto enormes diferencias en las capacidades de cada país para enfrentar y recuperarse de la crisis ocasionada por la COVID-19.
Establece que la pandemia es más que una emergencia sanitaria mundial; “es una crisis sistémica del desarrollo humano, cuyo impacto sin precedentes se hace ya patente en las dimensiones económicas y sociales del desarrollo, por lo que es esencial poner en práctica políticas públicas dirigidas a reducir las vulnerabilidades y a fomentar las capacidades necesarias para enfrentar las crisis, tanto a corto como a largo plazo”.
El PNUD presenta indicadores como nivel de desarrollo, el de desigualdad y la capacidad de los servicios sanitarios y el acceso a la Internet para 189 países, con la finalidad de evaluar la capacidad de respuesta de cada uno ante los múltiples efectos de una crisis como la de la COVID-19.
“Todas las sociedades del mundo son vulnerables a las crisis, pero sus capacidades de respuesta difieren de manera significativa. Por ejemplo, los países más desarrollados tienen un promedio de 55 camas de hospital, más de 30 médicos y 81 enfermeras por cada 10 mil personas, en comparación con las 7 camas, 2.5 médicos y 6 enfermeras que hay en los países menos adelantados”, señala.
Además, debido a los confinamientos generalizados, la brecha digital se ha acentuado más que nunca.
“En el mundo hay 6 mil 500 millones de personas (85.5 por ciento de la población) que todavía carecen de una conexión fiable a la Internet de banda ancha, lo que restringe su capacidad para trabajar y continuar con su educación”, indica.
El PNUD analiza también la vulnerabilidades y presenta indicadores que reflejan la susceptibilidad de los diferentes países a los múltiples efectos de la crisis.
El mayor riesgo lo asumen las personas que actualmente viven en la pobreza, ya que a pesar de los recientes avances en su reducción, alrededor de una de cada cuatro personas todavía vive en situación de pobreza multidimensional o es vulnerable a ella, y más del 40 por ciento de la población mundial carece de protección social alguna.
La pandemia de la COVID-19 recuerda también que las perturbaciones en un lugar son contagiosas y tienen consecuencias en otras regiones.
“Por ejemplo, en algunos países, como Kirguistán, una parte significativa de su PIB procede de las remesas. Otro ejemplo lo ofrecen países tan distintos como Montenegro, Maldivas y Cabo Verde, que dependen fuertemente del turismo, uno de los sectores más afectados por los confinamientos y las prohibiciones de viajar”.
A partir de los datos presentados para México, el PNUD considera que, de manera general, se encuentra entre los países mejor preparados para responder a la COVID-19 al presentar niveles de preparación altos para seis de los nueve indicadores tomados en cuenta.
Destaca que presenta un Índice de Desarrollo Humano alto (0.767), mayor al promedio de países con nivel de desarrollo alto (0.750); sobre el sistema de salud, México reporta 22.5 médicos por cada 10 mil habitantes, superior al promedio de los países con alto nivel de desarrollo humano (16.5).
Y, en el caso de la conectividad, México reporta una tasa de 93 suscripciones a telefonía móvil por cada 100 habitantes.
Sin embargo, reporta niveles de preparación medios en otros indicadores relevantes, como el hecho de que en el país se cuenta con, únicamente, 15 camas de hospital por cada 10 mil personas (el promedio de los países con desarrollo humano alto es 32), además de contar un nivel de gasto en salud (como porcentaje del PIB) de 5.5 por ciento.
Respecto del nivel de vulnerabilidad ante crisis como el COVID-19, nuevamente se identifica un desempeño general alto (con cinco de los nueve indicadores considerados con niveles de vulnerabilidad bajos).
Sin embargo, identifica retos importantes en la medida en que 41.9 por ciento de la población mexicana cuenta con un ingreso inferior a la línea de pobreza nacional (nivel de vulnerabilidad alto), además de que se reporta que 1.7 por ciento de la población vive con un ingreso inferior a 1.9 dólares al día, situaciones que ubican a estas personas en mayor riesgo ante este tipo de crisis.