home Legislativas La participación ciudadana no debe limitarse a ser crítica, sino proponer

La participación ciudadana no debe limitarse a ser crítica, sino proponer

El presidente de la Comisión de Régimen, Reglamentos y Prácticas Parlamentarias, Jorge Triana Tena, sostuvo que la participación ciudadana tiene que enfocarse a transformaciones profundas y no violentas, no limitarse a ser crítica, sino proponer. 

Al término de una Conferencia Magistral de Roy Campos, en el diplomado “Análisis Político y Campañas Electorales”, el legislador subrayó que ejemplo de inclusión de la sociedad en temas legislativos es la propuesta ciudadana de la Ley 3de3, que derivó en un cambio profundo y gran avance para fortalecer la democracia. 

“En la medida que sintamos presión y que la sociedad esté por encima de los temas de la agenda nacional, la transformación vendrá desde el interior del Congreso y la clase política en general, además de que se logrará cerrar la brecha entre gobernantes y gobernados”. 

Aseguró que el diplomado fue impulsado por la comisión, ya que la Cámara de Diputados debe tomar un papel formador en los temas políticos, electorales y jurídicos. 

La ponencia de Roy Campos, subrayó, brinda la oportunidad de analizar el panorama electoral del próximo año y ver qué líneas se deben tomar en este sentido para lograr que los jóvenes dejen la apatía, se involucren y participen en la vida pública de México “porque son quienes van a transformar al país, y si están anestesiados poco podemos hacer”. 

Al dictar su Conferencia Magistral, Roy Campos, presidente de Consulta Mitofsky, afirmó que la comunicación política y las campañas tendrán que estar enfocadas a los jóvenes, “ya que hay muchos que no votan, pero protestan, generan temas de agenda, son activos. Además, del total de la población 3 de cada 10 son jóvenes y ellos deciden su voto en la última semana antes de la elección”. 

“Para asegurar un voto por mucho tiempo es necesario enfocarse en los jóvenes, ya que en otros segmentos de edad los votantes se casan con un partido y es difícil que cambien su inclinación política”, expresó. 

Las campañas, continuó, deben defender a la democracia como forma de vida, no tratar de destruirla: es necesario mejorarla para que existan instituciones sólidas, se respete la ley, se asegure la participación ciudadana y los derechos humanos. 

El actuario, matemático y analista político indicó que para conservar la democracia, se necesita una participación activa y crítica que se oponga, pero que también proponga, así como una prensa libre e instituciones sólidas. 

Expuso que “para seducir al elector, se debe entender que no se trata de convencer a la otra persona a que piense igual que yo, si no de convencerla de que el candidato piensa como ustedes”. 

Roy Campos apuntó que una buena comunicación política tendrá que asegurar que la población se sienta parte de un grupo, de que comparte las mismas ideas, no de persuadir el voto, ya que “el sufragio es consecuencia de la percepción, de lo contrario es voto comprado y ese es como el amor comprado; nada más sirve para una vez. Si quiero un simpatizante que apruebe largo tiempo se requiere persuadir y hacerles ver que ellos tienen la razón, es decir, mimetizarse con el ciudadano”. 

Dijo que para seducir al votante importa la imagen, carácter, verbo, poder, experiencia, competencia, parientes y amigos, dinero, simpatía, cercanía y causa; esta última centro de la campaña, pues “un político que no tiene causa sólo quiere robar”. 

Explicó que la comunicación debe generar sentimientos; si un político comparte con la sociedad sus vivencias, ideas, soluciones y problemas, hace que se acerque al electorado y es sinónimo de que el proceso cumplió con su tarea de persuadir. 

Campos aseguró que el secreto de una campaña es investigar, platicar con la gente, leer para conocer necesidades de la población, así como encontrar qué es lo que quieres lograr, qué se puede hacer y qué es lo que la gente exige. 

Finalmente, dijo que las perspectivas para el próximo año electoral son gobiernos mal evaluados, inseguridad, preocupación económica y percepción de crecimiento de corrupción.