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La importancia de un seguro de defensa jurídica

Hoy vivimos un mundo complejo. La tranquilidad de los abuelos de solo ir a trabajar y quedarse en la casa a descansar ya es una utopía.

El desarrollo de la civilización junto con la tecnología y la globalización han transformado los estilos de vida de los hombres y las mujeres actuales enfrentándonos a toda una serie de situaciones complejas. Muchas de ellas que no son fáciles de solucionar por la situación misma y el contexto de los requerimientos y normas que vinculan patrones de comportamiento que se deben de cumplir. Es lo que los abogados estudiamos y tenemos que diferenciar entre el ser y el deber ser. Una concepción del hombre que se enbona a todo un conjunto de Derechos y Obligaciones que le marcan las pautas de comportamiento social obligatorias.

Nadie está exento de tener una situación jurídica pendiente. Basta tomar un vehículo y transitar por las calles, por ejemplo. Algo tan cotidiano que pocas veces nos ponemos a reflexionar en las consecuencias y efectos que se presentan cuanto no se cumple con las reglas. Si por accidente no veo una señal, es posible que entonces cause un percance y por lo tanto tenga consecuencias legales que cubrir. Es por ello, que ahora se exige un seguro automotriz que aunque resulta costoso y no se pretende usarlo, es claro que poseerlo nos da la certeza jurídica de contar con el soporte para enfrentar los efectos jurídicos de un accidente.

Pero ese es solo un ejemplo. La realidad va mucho más allá. Somos, sin mucho esfuerzo de nuestra parte, sujetos que estamos envueltos en una esfera de vida donde todo tiene un efecto jurídico. Somos parte de una familia, así como los responsables de ella tenemos que ir todos los días a trabajar y usar número ilimitado de transacciones comerciales y uso de redes y espacios de comunicación, así como también, tenemos la necesidad de convivir e interactuar con mucha gente. Todo, pero todo, está regulado y necesitamos conocer como debemos ir actuando en las diversas circunstancias sin faltar al cumplimiento de nuestras obligaciones legales.

Hay un dicho popular que dice que todo individuo tiene siempre que tener a la mano a un contador, a un sacerdote y a un abogado. El primero nos tranquiliza en cuanto a nuestro sistema financiero, pago de impuestos y ganancias o pérdidas económicas. El segundo nos alimenta el espíritu, nos da paz interior y nos prepara el camino hacia el más allá. Pero ninguno de los dos anteriores serviría con plenitud a esa misión si no sabemos respetar las leyes que dan paz y construyen la armonía social.

Es por ello, que se ha planteado por algunos emprendimientos de abogados, la creación de un nuevo tipo de seguro: Seguro de defensa juridica. Con este tipo de servicio se contará con un abogado que se convertirá en el mejor asesor jurídico en las diversas circunstancias de la vida que requieran de su servicio. Lo que sin duda será a un mejor costo que estar contratando a uno abogado por cada caso particular.

Lo importante es que podamos estar en la tranquilidad de contar a la mano con el asesoramiento. Evitar con ellos las sorpresas desagradables.