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La importancia de la alta dirección y su integración con la seguridad jurídica

Una de las características de la actual empresa es la construcción y consolidación de procesos de calidad que permitan otorgarle ventajas competitivas que lo posicionen en un mercado cada vez más demandante. Lo que implica establecer mecanismos que les permitan desarrollar las competencias que implican la integración de conocimientos, habilidades y valores y actitudes orientadas al logro de la visión, objetivos y propósitos empresariales.

La relación laboral se define entre dos partes, entre el trabajador que es quien ejecuta las acciones subordinadas a las órdenes de un patrón con el intercambio de un salario o subvención económica por la prestación de ese servicio.

De acuerdo con la doctrina legal que sustenta la legislación laboral de cualquier nación es la necesidad de contar, como derecho del patrón, de las mejores alternativas en cuestión de los trabajadores para desempeñar una función laboral. Lo que también implica, en contraprestación, que la preparación y capacitación es un elemento esencial que permita la consolidación de los procesos de trabajo.

Esto conlleva no solo a lo parte operativa de la empresa, sino también, de la dirección de esta. En nuestra legislación, se tiene una distinción entre los trabajadores de operativos y de confianza, entendiendo por los segundos aquellos que tienen una función de dirección dentro de una empresa, en la cual la relación laboral se sustenta bajo el principio de “confianza”.

En la filosofía empresarial de la “alta dirección” se dice que es necesario contar con los trabajadores que ejercitan poderes inherentes a la titularidad jurídica de la empresa, y los relativos a los objetivos generales de la misma con autonomía y plena responsabilidad sólo limitadas por los criterios e instrucciones directas emanadas de la persona o de los órganos superiores de gobierno y administración de la Entidad que respectivamente ocupe aquella titularidad. Esto implica una relación especial entre el trabajador y el patrón.

En la necesidad de consolidar esos procesos, se cuenta con los servicios de consultoría de negocios que ayuda a con la asesoría especializada para lograr consolidar procesos de alta dirección que permite mejorar el compromiso de calidad de las empresas.

Como lo manifiesta el compromiso del despacho de consultoría Federico Sada Bolaños Cacho que integra en sus servicios no sólo la capacitación en los procesos de alta dirección sino también la asesoría pertinente de los aspectos jurídicos vinculados con las fases administrativas y competitividad, lo que fortalece la seguridad y certeza jurídica necesaria para el trabajo y desarrollo de la empresa.

Sin duda, lo que un patrón debe esperar de los trabajadores y subordinados es la mejor preparación para el desarrollo de las capacidades y competencias que lo ayuden a consolidar los objetivos y propósitos de la empresa. En parte es su obligación de proporcionar la capacitación y desarrollo profesional necesarios para conseguir estas intenciones que son legítimas e ineludibles para responder a las demandas de un mercado comercial y laboral cada vez más competitivo y profesional. Así como también, es un derecho de los trabajadores de contar con la preparación necesaria para el desarrollo de sus funciones laborales.