El tema de la corrupción en nuestro país no debe solo discutirse ahora que se ha sido aprehendido el ex gobernador de Veracruz, Javier Duarte.
El tema de la corrupción debe orillarnos a ser más honestos y abiertos para considerar que es un tema presente y cotidiano a la vida de los mexicanos, además, de que no es tema exclusivo de la clase política. La corrupción, debemos reconocerlo, es un tema arraigado en la cultura político y social de México.
Es muy fácil quejarse del político y de las instituciones. No se va a negar que ellos tienen una gran responsabilidad en cuanto son servidores públicos y se espera un compromiso mayor en la función pública.
Pero no olvidemos que al final los ciudadanos también somos parte del problema de la corrupción cuando en la cultura se consolida la mordida o el influyentismo para no pagar una multa o facilitar un trámite.
No debemos entonces rasgarnos las vestiduras en estos casos de corrupción.
La corrupción debemos combatirla desde nuestra propia realidad, de manera cotidiana y comprometida para construir un país que cumpla con el Estado de Derecho.