home Editoriales ¿Cuál es el futuro de la cuestionada reforma penal?

¿Cuál es el futuro de la cuestionada reforma penal?

En la psique mexicana se tiene muy arraigado el principio “ojo por ojo, diente por diente” fundamento de la Ley del Talión que se traduce en la frase coloquial “Paga, porque se tiene que pagar”.

Esto ha permeado en todos los ámbitos sociales. Inclusive en lo que se refiere al castigo penal. Los mexicanos nos acostumbramos a exigir siempre cárcel para quienes cometen delitos. No importa que se reponga, si es posible el daño. Lo importante para dar una certidumbre jurídica a las víctimas es ver “pudrirse” al perpetrador en una celda.

En nuestro sistema jurídico no ha existido hasta esta reforma penal una protección real para las víctimas. El Monopolio del ejercicio penal quedaba a manos del Estado. La autoridad se convertía entonces es un juez y parte, la que investigaba, acusaba y al final juzgaba y sentenciaba. Todo fuera de los intereses reales y genuinos de las víctimas.

La reforma penal viene a cambiar no solo los procedimientos. Requiere también un viraje a la cultura ciudadana sobre que es la justicia y como aplicarla.

¿Estamos la sociedad mexicana preparados para cambiar nuestra manera de percibir, razonar y exigir justicia?

La sociedad al final construye la confiabilidad en las instituciones a partir de las percepciones. Por lo cual, el cuestionamiento a la eficiencia de la reforma penal parece contundente.

¿Hasta cuándo lo seguirá soportando el Estado sin una respuesta efectiva?

¿Le conviene al Estado que la sociedad consolide una percepción negativa sobre la justicia, los jueces y el sistema de procuración de justicia?

No vemos claro acciones eficientes y eficaces para ayudar a cambiar la cultura jurídica.

Esa debería ser una responsabilidad del Estado.