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Consejos para ocupar Formatos de Contratos

En la determinación de un joven para estudiar ciencias sociales algunos parten de la premisa de escapar de las matemáticas. Aunque es cierto que en las ciencias sociales no existen la complejidad de las operaciones numéricas y matemáticas complejas, en contraposición existe la exigencia de mejorar la capacidad lectora y de escritura. Esto no es ajeno al Derecho que es parte de las ciencias sociales.

Como cualquier otra área de conocimientos y de disciplina científica, el Derecho nos exige demostrar una capacidad para la generación de documentos de diferente índole dependiendo de la materia de derecho a desarrollar. Tal es el caso del formato y contrato de México con la multiplicad de situaciones y requerimientos que hace necesario contar con alguna plantilla y machote que nos ayude a cumplir con la encomienda de su generación dependiendo de la naturaleza contractual. Eso no demerita el trabajo del abogado. Es una facilidad que optimiza tiempos para responder de forma eficaz a las necesidades de los clientes.

¿Cuántos tipos de contratos existen?

Aunque podríamos iniciar con un listado de documentos contractuales generales, la tarea se vuelve más complicada. Hay contratos civiles, laborales, profesionales, mercantiles, aduanales. En fin, en todas las áreas del Derecho existe la necesidad de crear los convenios que transfieran o modifiquen derechos y obligaciones sin importar si es entre personas físicas o morales.

En la vida cotidiana nos podemos enfrentar a la redacción de un contrato en específico y nuevo que requiere de nuestro trabajo de redacción y análisis para responder a las necesidades de un cliente. Contar con una base de datos de diferentes formatos es, sin duda una gran ayuda, para aligerar el trabajo al tener un marco de referencia al cual se puede ajustar para responder de forma específica a la situación por la cual nace la relación jurídica.

En el Amparo directo 12098/84, la SCJN determinó que “La naturaleza de los contratos no puede cambiar por el solo hecho de que los contratantes los denominen de modo diverso al que legalmente les corresponda; en otras palabras, para determinar la naturaleza de los contratos no hay que atenerse a la calificación o nombre que les hayan dado las partes, sino a las prestaciones y al objeto convenidos”

Es por ello de que aun cuando existen los formatos y machotes para agilizar nuestro trabajo, no podemos dejar de un lado el análisis para ajustar el texto sugerido en el modelo a la realidad de la relación jurídica que lo originan.

Lo más importante es el clausulado que integra el documento. En los formatos o machotes se integran sugerencias que no pueden ser definitivas. Es importante que se ajusten y adecuen a lo que uno realmente necesita y describen con claridad los derechos y obligaciones que se deben signar.

No podemos olvidar que estos documentos tienen una validez legal que obliga al cumplimiento de derechos y obligaciones a las partes que los suscribe. Un error en la redacción puede ocasionar males innecesarios y perjuicios a los clientes.