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Cárdenas llama a recuperar el territorio y dice no a Ley de Seguridad Interior

Palabras de Cuauhtémoc Cárdenas en el Encuentro Nacional Recuperar Nuestro Territorio

"No demos nuestra confianza a quienes no tomen compromiso claro y ofrezcan un programa público", dice.

Rechaza la Ley de seguridad interior y llama a organizarse para recuperar el territorio es recuperar la nación

Saludo con afecto a todos quienes nos acompañan en este Foro “Recuperar nuestro territorio”, de manera especial a quienes han venido de diferentes partes de la República para asistir a este encuentro.

Saludo y agradezco a nuestra amiga Nashieli Ramírez, Presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México, por su participación y su hospitalidad.

Convocamos a este foro porque en este momento la recuperación de nuestro territorio por el pueblo mexicano es una cuestión fundamental para presente y futuro, de los mexicanos en conjunto y de la sobrevivencia misma de nuestra nación como tal.

¿Cómo se está cediendo, deteriorando, perdiendo el territorio del país? Nuestro territorio lo estamos perdiendo México y los mexicanos por la política cada vez más entreguista del neoliberalismo que se ha impuesto desde hace ya casi cuarenta años.

Se han dado concesiones para explotaciones mineras por más de 600 000 km2, la tercera parte de la superficie del país, y muchos miles de kilómetros cuadrados más se han asignado a transnacionales petroleras. Estos territorios, en términos generales, están controlados en todos los aspectos por los concesionarios. La autoridad competente resulta en la práctica inexistente. El Estado ha perdido soberanía sobre ellos.

En vastas extensiones de las superficies concesionadas a empresas mineras, se presentan dos fenómenos: el despojo de tierras de comunidades, en colusión con autoridades corruptas, y prácticas de explotación que ocasionan daños irreparables al medio ambiente, además de sobreexplotación del recurso que se extrae. Daños graves sobre tierras agrícolas y ganaderas y muy seria contaminación de acuíferos superficiales y subterráneos provocan las prácticas de la fractura hidráulica, el fracking, en la explotación petrolera.

Una forma más de agresión contra el territorio y los recursos naturales, en particular no renovables, ha sido cuando particulares han tratado de apropiarse de recursos existentes por nuestra rica y variada biodiversidad, de los que la naturaleza dotó a nuestro territorio. Es indispensable, al respecto, legislar para establecer constitucionalmente que sobre la biodiversidad no procede apropiación ni exclusividad sino a la nación, la única facultada para fijar las normas de su aprovechamiento.

Respecto a todas estas cuestiones existe un denominador común: el despojo de terrenos del que han sido objeto, principalmente, comunidades y pequeños propietarios, casos en los que no son ajenas la corrupción y complicidad de funcionarios.

Esperamos de este foro y de la acción que en base a lo que aquí se trate, pueda darse como seguimiento y por la tarea que llevemos a cabo, una cada vez mayor visibilidad a la problemática humana, política, social, ambiental, etc. que presentan las diferentes formas de agresividad contra el territorio y sus recursos; el que de aquí surjan los mayores esfuerzos posibles para articularnos en torno a encontrar soluciones a estos problemas, fortaleciendo esta articulación ampliándola hacia otros grupos y regiones afectadas por problemáticas similares; y que en esta reunión acordemos formular y desarrollar un programa común en defensa y rescate del territorio de la nación.

Por otro lado, siendo esta reunión una reunión política, no puedo dejar de mencionar que estamos ya inmersos en los tiempos electorales y quiero reiterar la posición que al respecto hemos acordado para el proyecto de Por México Hoy.

Por México Hoy, como colectivo, no se alineará con ningún partido, coalición y candidaturas. Cada unos de quienes nos hemos sumado a este proyecto, tenemos plena libertad para tomar la posición que consideremos conveniente respecto a cómo manifestarnos en las contiendas electorales, sin por ello pretender que otros compañeros de Por México Hoy adopten y menos se obliguen a adoptar nuestra posición particular. En este sentido debe haber plena libertad y respeto absoluto hacia las decisiones de los demás.

Una tarea sí tenemos como colectivo, es impulsar que nuestras propuestas, tanto las del programa general que habremos de presentar próximamente, como las específicas en relación a la recuperación del territorio, tema de este foro, sean adoptadas por quienes contiendan por los cargos de elección. No demos nuestra confianza a quienes no tomen compromiso claro y ofrezcan un programa público.

No entendería que participantes en Por México Hoy, miembros de otros colectivos, integrantes de partidos políticos –recordemos que aquí todo mundo tiene cabida-, gente que se mueve fuera de partidos u organizaciones, por ejemplo, no apoyara de manera categórica la necesidad de revertir las contrarreformas de los artículos 27, 25 y 28 en materia energética; o que estuviera de acuerdo con el fracking y otras prácticas destructivas para los recursos naturales; o tuviera dudas sobre la urgencia de congelar las rondas mediante las cuales se ha venido cediendo la riqueza petrolera o sobre la necesaria revisión de las concesiones mineras en cuanto a la no afectación de comunidades, prácticas racionales de explotación, cumplimiento de la legislación laboral, etc.

Recuperación del territorio, entonces, equivale a vigencia efectiva y cabal respeto a los derechos de la gente, rescate de territorios enajenados y soberanía plena sobre el territorio y sus recursos, recuperación, en fin, de la nación.

Ahora bien, condición indispensable para recuperar nuestro territorio es decidirse a construir una mayoría social, una mayoría política convencida de una propuesta de desarrollo soberano, igualitario y equitativo, y decidida, esa mayoría, a imponer su propuesta por las vías de la democracia. Por eso de aquí, el llamado reiterado para que construyamos la mayoría social que será la única capaz de recuperar la nación.

Finalmente. No podemos, en este momento, dejar de manifestar nuestro más enérgico y categórico rechazo a la iniciativa de Ley de seguridad interior que el régimen pretende imponernos. Rechazamos que al renunciar el Ejecutivo a asumir sus  responsabilidades como jefe superior de las Fuerzas Armadas, descargue éstas y deje a sus altos mandos a cargo de facultades de gobierno civil y decisiones de franca vulneración a los derechos constitucionales, militarizando así la vida nacional. Rechazamos que se imponga a las Fuerzas Armadas una función que ellas mismas rechazan. La iniciativa de Ley de seguridad interior no debe pasar.